Estudio Bíblico 3: Felipe: Aprovechar Los Momentos De Mentoría

Ora por los musulmanes durante el Ramadán

Mucho Fruto

El amor

Fortaleciendo Tu Fe en Tiempos Difíciles

El Afán De La Superficialidad

Devocional Marzo - "Lámpara a mis pies"

El Liderazgo Que Dios Busca

Cómo sanar el trauma de guerra

Entrenándonos Para La Piedad

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bk1TH">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="1TH.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">La vida que agrada a Dios</div><div class="p"> 1Por lo dem&#225;s, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Se&#241;or Jes&#250;s, que de la manera que aprendisteis de nosotros c&#243;mo os conviene conduciros y agradar a Dios, as&#237; abund&#233;is m&#225;s y m&#225;s. 2Porque ya sab&#233;is qu&#233; instrucciones os dimos por el Se&#241;or Jes&#250;s; 3pues la voluntad de Dios es vuestra santificaci&#243;n; que os apart&#233;is de fornicaci&#243;n; 4que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5no en pasi&#243;n de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6que ninguno agravie ni enga&#241;e en nada a su hermano; porque el Se&#241;or es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificaci&#243;n. 8As&#237; que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que tambi&#233;n nos dio su Esp&#237;ritu Santo.</div><div class="p"> 9Pero acerca del amor fraternal no ten&#233;is necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos hab&#233;is aprendido de Dios que os am&#233;is unos a otros; 10y tambi&#233;n lo hac&#233;is as&#237; con todos los hermanos que est&#225;n por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abund&#233;is en ello m&#225;s y m&#225;s; 11y que procur&#233;is tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, 12a fin de que os conduzc&#225;is honradamente para con los de afuera, y no teng&#225;is necesidad de nada.</div><div class="s">La venida del Se&#241;or</div><div class="p"> 13Tampoco queremos, hermanos, que ignor&#233;is acerca de los que duermen, para que no os entristezc&#225;is como los otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que Jes&#250;s muri&#243; y resucit&#243;, as&#237; tambi&#233;n traer&#225; Dios con Jes&#250;s a los que durmieron en &#233;l. 15Por lo cual os decimos esto en palabra del Se&#241;or: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Se&#241;or, no precederemos a los que durmieron. 16Porque el Se&#241;or mismo con voz de mando, con voz de arc&#225;ngel, y con trompeta de Dios, descender&#225; del cielo; y los muertos en Cristo resucitar&#225;n primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Se&#241;or en el aire, y as&#237; estaremos siempre con el Se&#241;or.#1 Co. 15.51-52. 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bk2KI">
 <div class="chapter ch17" data-usfm="2KI.17">
 <div class="label">17</div><div class="s">Ca&#237;da de Samaria y cautiverio de Israel</div><div class="p"> 1En el a&#241;o duod&#233;cimo de Acaz rey de Jud&#225;, comenz&#243; a reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y rein&#243; nueve a&#241;os. 2E hizo lo malo ante los ojos de Jehov&#225;, aunque no como los reyes de Israel que hab&#237;an sido antes de &#233;l. 3Contra este subi&#243; Salmanasar rey de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo. 4Mas el rey de Asiria descubri&#243; que Oseas conspiraba; porque hab&#237;a enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hac&#237;a cada a&#241;o; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprision&#243; en la casa de la c&#225;rcel. 5Y el rey de Asiria invadi&#243; todo el pa&#237;s, y siti&#243; a Samaria, y estuvo sobre ella tres a&#241;os. 6En el a&#241;o nueve de Oseas, el rey de Asiria tom&#243; Samaria, y llev&#243; a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al r&#237;o Goz&#225;n, y en las ciudades de los medos.</div><div class="p"> 7Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehov&#225; su Dios, que los sac&#243; de tierra de Egipto, de bajo la mano de Fara&#243;n rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos, 8y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehov&#225; hab&#237;a lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel. 9Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehov&#225; su Dios, edific&#225;ndose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas, 10y levantaron estatuas e im&#225;genes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo &#225;rbol frondoso,#1 R. 14.23. 11y quemaron all&#237; incienso en todos los lugares altos, a la manera de las naciones que Jehov&#225; hab&#237;a traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehov&#225;. 12Y serv&#237;an a los &#237;dolos, de los cuales Jehov&#225; les hab&#237;a dicho: Vosotros no hab&#233;is de hacer esto. 13Jehov&#225; amonest&#243; entonces a Israel y a Jud&#225; por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescrib&#237; a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. 14Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehov&#225; su Dios. 15Y desecharon sus estatutos, y el pacto que &#233;l hab&#237;a hecho con sus padres, y los testimonios que &#233;l hab&#237;a prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jehov&#225; les hab&#237;a mandado que no hiciesen a la manera de ellas. 16Dejaron todos los mandamientos de Jehov&#225; su Dios, y se hicieron im&#225;genes fundidas de dos becerros,#1 R. 12.28. y tambi&#233;n im&#225;genes de Asera, y adoraron a todo el ej&#233;rcito de los cielos, y sirvieron a Baal; 17e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y ag&#252;eros,#Dt. 18.10. y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehov&#225;, provoc&#225;ndole a ira. 18Jehov&#225;, por tanto, se air&#243; en gran manera contra Israel, y los quit&#243; de delante de su rostro; y no qued&#243; sino solo la tribu de Jud&#225;.</div><div class="p"> 19Mas ni aun Jud&#225; guard&#243; los mandamientos de Jehov&#225; su Dios, sino que anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales hab&#237;an ellos hecho. 20Y desech&#243; Jehov&#225; a toda la descendencia de Israel, y los afligi&#243;, y los entreg&#243; en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.</div><div class="p"> 21Porque separ&#243; a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam apart&#243; a Israel de en pos de Jehov&#225;, y les hizo cometer gran pecado. 22Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que &#233;l hizo, sin apartarse de ellos, 23hasta que Jehov&#225; quit&#243; a Israel de delante de su rostro, como &#233;l lo hab&#237;a dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy.</div><div class="s">Asiria puebla de nuevo a Samaria</div><div class="p"> 24Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades. 25Y aconteci&#243; al principio, cuando comenzaron a habitar all&#237;, que no temiendo ellos a Jehov&#225;, envi&#243; Jehov&#225; contra ellos leones que los mataban. 26Dijeron, pues, al rey de Asiria: Las gentes que t&#250; trasladaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y &#233;l ha echado leones en medio de ellos, y he aqu&#237; que los leones los matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra. 27Y el rey de Asiria mand&#243;, diciendo: Llevad all&#237; a alguno de los sacerdotes que trajisteis de all&#225;, y vaya y habite all&#237;, y les ense&#241;e la ley del Dios del pa&#237;s. 28Y vino uno de los sacerdotes que hab&#237;an llevado cautivo de Samaria, y habit&#243; en Bet-el, y les ense&#241;&#243; c&#243;mo hab&#237;an de temer a Jehov&#225;.</div><div class="p"> 29Pero cada naci&#243;n se hizo sus dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que hab&#237;an hecho los de Samaria; cada naci&#243;n en su ciudad donde habitaba. 30Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima. 31Los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim. 32Tem&#237;an a Jehov&#225;, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. 33Tem&#237;an a Jehov&#225;, y honraban a sus dioses, seg&#250;n la costumbre de las naciones de donde hab&#237;an sido trasladados.</div><div class="p"> 34Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehov&#225;, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen seg&#250;n la ley y los mandamientos que prescribi&#243; Jehov&#225; a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;#Gn. 32.28; 35.10. 35con los cuales Jehov&#225; hab&#237;a hecho pacto, y les mand&#243; diciendo: No temer&#233;is a otros dioses, ni los adorar&#233;is, ni les servir&#233;is, ni les har&#233;is sacrificios.#Ex. 20.5; Dt. 5.9. 36Mas a Jehov&#225;, que os sac&#243; de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a este temer&#233;is,#Dt. 6.13. y a este adorar&#233;is, y a este har&#233;is sacrificio. 37Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidar&#233;is siempre de ponerlos por obra, y no temer&#233;is a dioses ajenos. 38No olvidar&#233;is el pacto que hice con vosotros, ni temer&#233;is a dioses ajenos; 39mas temed a Jehov&#225; vuestro Dios, y &#233;l os librar&#225; de mano de todos vuestros enemigos. 40Pero ellos no escucharon; antes hicieron seg&#250;n su costumbre antigua.</div><div class="p"> 41As&#237; temieron a Jehov&#225; aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus &#237;dolos; y tambi&#233;n sus hijos y sus nietos, seg&#250;n como hicieron sus padres, as&#237; hacen hasta hoy.</div>
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 <div class="book bk2KI">
 <div class="chapter ch18" data-usfm="2KI.18">
 <div class="label">18</div><div class="s">Reinado de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 Cr. 29.1-2)</div><div class="p"> 1En el tercer a&#241;o de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenz&#243; a reinar Ezequ&#237;as hijo de Acaz rey de Jud&#225;. 2Cuando comenz&#243; a reinar era de veinticinco a&#241;os, y rein&#243; en Jerusal&#233;n veintinueve a&#241;os. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacar&#237;as. 3Hizo lo recto ante los ojos de Jehov&#225;, conforme a todas las cosas que hab&#237;a hecho David su padre. 4&#201;l quit&#243; los lugares altos, y quebr&#243; las im&#225;genes, y cort&#243; los s&#237;mbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que hab&#237;a hecho Mois&#233;s,#Nm. 21.9. porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llam&#243; Nehust&#225;n.#18.4 Esto es, Cosa de bronce. 5En Jehov&#225; Dios de Israel puso su esperanza; ni despu&#233;s ni antes de &#233;l hubo otro como &#233;l entre todos los reyes de Jud&#225;. 6Porque sigui&#243; a Jehov&#225;, y no se apart&#243; de &#233;l, sino que guard&#243; los mandamientos que Jehov&#225; prescribi&#243; a Mois&#233;s. 7Y Jehov&#225; estaba con &#233;l; y adondequiera que sal&#237;a, prosperaba. &#201;l se rebel&#243; contra el rey de Asiria, y no le sirvi&#243;. 8Hiri&#243; tambi&#233;n a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortificada.</div><div class="s">Ca&#237;da de Samaria</div><div class="p"> 9En el cuarto a&#241;o del rey Ezequ&#237;as, que era el a&#241;o s&#233;ptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subi&#243; Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la siti&#243;, 10y la tomaron al cabo de tres a&#241;os. En el a&#241;o sexto de Ezequ&#237;as, el cual era el a&#241;o noveno de Oseas rey de Israel, fue tomada Samaria. 11Y el rey de Asiria llev&#243; cautivo a Israel a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al r&#237;o Goz&#225;n, y en las ciudades de los medos; 12por cuanto no hab&#237;an atendido a la voz de Jehov&#225; su Dios, sino que hab&#237;an quebrantado su pacto; y todas las cosas que Mois&#233;s siervo de Jehov&#225; hab&#237;a mandado, no las hab&#237;an escuchado, ni puesto por obra.</div><div class="s">Senaquerib invade a Jud&#225;</div><div class="r">(2 Cr. 32.1-19; Is. 36.1-22)</div><div class="p"> 13A los catorce a&#241;os del rey Ezequ&#237;as, subi&#243; Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Jud&#225;, y las tom&#243;. 14Entonces Ezequ&#237;as rey de Jud&#225; envi&#243; a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; ap&#225;rtate de m&#237;, y har&#233; todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225; trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. 15Dio, por tanto, Ezequ&#237;as toda la plata que fue hallada en la casa de Jehov&#225;, y en los tesoros de la casa real. 16Entonces Ezequ&#237;as quit&#243; el oro de las puertas del templo de Jehov&#225; y de los quiciales que el mismo rey Ezequ&#237;as hab&#237;a cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria. 17Despu&#233;s el rey de Asiria envi&#243; contra el rey Ezequ&#237;as al Tart&#225;n, al Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ej&#233;rcito, desde Laquis contra Jerusal&#233;n, y subieron y vinieron a Jerusal&#233;n. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. 18Llamaron luego al rey, y sali&#243; a ellos Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.</div><div class="p"> 19Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequ&#237;as: As&#237; dice el gran rey de Asiria: &#191;Qu&#233; confianza es esta en que te apoyas? 20Dices (pero son palabras vac&#237;as): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas &#191;en qu&#233; conf&#237;as, que te has rebelado contra m&#237;? 21He aqu&#237; que conf&#237;as en este b&#225;culo de ca&#241;a cascada, en Egipto, en el cual si alguno se apoyare, se le entrar&#225; por la mano y la traspasar&#225;. Tal es Fara&#243;n rey de Egipto para todos los que en &#233;l conf&#237;an. 22Y si me dec&#237;s: Nosotros confiamos en Jehov&#225; nuestro Dios, &#191;no es este aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequ&#237;as, y ha dicho a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n: Delante de este altar adorar&#233;is en Jerusal&#233;n? 23Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi se&#241;or, el rey de Asiria, y yo te dar&#233; dos mil caballos, si t&#250; puedes dar jinetes para ellos. 24&#191;C&#243;mo, pues, podr&#225;s resistir a un capit&#225;n, al menor de los siervos de mi se&#241;or, aunque est&#233;s confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 25&#191;Acaso he venido yo ahora sin Jehov&#225; a este lugar, para destruirlo? Jehov&#225; me ha dicho: Sube a esta tierra, y destr&#250;yela.</div><div class="p"> 26Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Jud&#225; a o&#237;dos del pueblo que est&#225; sobre el muro. 27Y el Rabsaces les dijo: &#191;Me ha enviado mi se&#241;or para decir estas palabras a ti y a tu se&#241;or, y no a los hombres que est&#225;n sobre el muro, expuestos a comer su propio esti&#233;rcol y beber su propia orina con vosotros?</div><div class="p"> 28Entonces el Rabsaces se puso en pie y clam&#243; a gran voz en lengua de Jud&#225;, y habl&#243; diciendo: O&#237;d la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29As&#237; ha dicho el rey: No os enga&#241;e Ezequ&#237;as, porque no os podr&#225; librar de mi mano. 30Y no os haga Ezequ&#237;as confiar en Jehov&#225;, diciendo: Ciertamente nos librar&#225; Jehov&#225;, y esta ciudad no ser&#225; entregada en mano del rey de Asiria. 31No escuch&#233;is a Ezequ&#237;as, porque as&#237; dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a m&#237;, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, 32hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de vi&#241;as, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y vivir&#233;is, y no morir&#233;is. No oig&#225;is a Ezequ&#237;as, porque os enga&#241;a cuando dice: Jehov&#225; nos librar&#225;. 33&#191;Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 34&#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Hamat y de Arfad? &#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? &#191;Pudieron estos librar a Samaria de mi mano? 35&#191;Qu&#233; dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que Jehov&#225; libre de mi mano a Jerusal&#233;n?</div><div class="p"> 36Pero el pueblo call&#243;, y no le respondi&#243; palabra; porque hab&#237;a mandamiento del rey, el cual hab&#237;a dicho: No le respond&#225;is. 37Entonces Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequ&#237;as, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.</div>
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 <div class="book bkPRO">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="PRO.14">
 <div class="label">14</div><div class="q"> 1La mujer sabia edifica su casa;</div><div class="q">Mas la necia con sus manos la derriba.</div><div class="q"> 2El que camina en su rectitud teme a Jehov&#225;;</div><div class="q">Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia.</div><div class="q"> 3En la boca del necio est&#225; la vara de la soberbia;</div><div class="q">Mas los labios de los sabios los guardar&#225;n.</div><div class="q"> 4Sin bueyes el granero est&#225; vac&#237;o;</div><div class="q">Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.</div><div class="q"> 5El testigo verdadero no mentir&#225;;</div><div class="q">Mas el testigo falso hablar&#225; mentiras.</div><div class="q"> 6Busca el escarnecedor la sabidur&#237;a y no la halla;</div><div class="q">Mas al hombre entendido la sabidur&#237;a le es f&#225;cil.</div><div class="q"> 7Vete de delante del hombre necio,</div><div class="q">Porque en &#233;l no hallar&#225;s labios de ciencia.</div><div class="q"> 8La ciencia del prudente est&#225; en entender su camino;</div><div class="q">Mas la indiscreci&#243;n de los necios es enga&#241;o.</div><div class="q"> 9Los necios se mofan del pecado;</div><div class="q">Mas entre los rectos hay buena voluntad.</div><div class="q"> 10El coraz&#243;n conoce la amargura de su alma;</div><div class="q">Y extra&#241;o no se entremeter&#225; en su alegr&#237;a.</div><div class="q"> 11La casa de los imp&#237;os ser&#225; asolada;</div><div class="q">Pero florecer&#225; la tienda de los rectos.</div><div class="q"> 12Hay camino que al hombre le parece derecho;</div><div class="q">Pero su fin es camino de muerte.#Pr. 16.25.</div><div class="q"> 13Aun en la risa tendr&#225; dolor el coraz&#243;n;</div><div class="q">Y el t&#233;rmino de la alegr&#237;a es congoja.</div><div class="q"> 14De sus caminos ser&#225; hastiado el necio de coraz&#243;n;</div><div class="q">Pero el hombre de bien estar&#225; contento del suyo.</div><div class="q"> 15El simple todo lo cree;</div><div class="q">Mas el avisado mira bien sus pasos.</div><div class="q"> 16El sabio teme y se aparta del mal;</div><div class="q">Mas el insensato se muestra insolente y confiado.</div><div class="q"> 17El que f&#225;cilmente se enoja har&#225; locuras;</div><div class="q">Y el hombre perverso ser&#225; aborrecido.</div><div class="q"> 18Los simples heredar&#225;n necedad;</div><div class="q">Mas los prudentes se coronar&#225;n de sabidur&#237;a.</div><div class="q"> 19Los malos se inclinar&#225;n delante de los buenos,</div><div class="q">Y los imp&#237;os a las puertas del justo.</div><div class="q"> 20El pobre es odioso aun a su amigo;</div><div class="q">Pero muchos son los que aman al rico.</div><div class="q"> 21Peca el que menosprecia a su pr&#243;jimo;</div><div class="q">Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.</div><div class="q"> 22&#191;No yerran los que piensan el mal?</div><div class="q">Misericordia y verdad alcanzar&#225;n los que piensan el bien.</div><div class="q"> 23En toda labor hay fruto;</div><div class="q">Mas las vanas palabras de los labios empobrecen.</div><div class="q"> 24Las riquezas de los sabios son su corona;</div><div class="q">Pero la insensatez de los necios es infatuaci&#243;n.</div><div class="q"> 25El testigo verdadero libra las almas;</div><div class="q">Mas el enga&#241;oso hablar&#225; mentiras.</div><div class="q"> 26En el temor de Jehov&#225; est&#225; la fuerte confianza;</div><div class="q">Y esperanza tendr&#225;n sus hijos.</div><div class="q"> 27El temor de Jehov&#225; es manantial de vida</div><div class="q">Para apartarse de los lazos de la muerte.</div><div class="q"> 28En la multitud del pueblo est&#225; la gloria del rey;</div><div class="q">Y en la falta de pueblo la debilidad del pr&#237;ncipe.</div><div class="q"> 29El que tarda en airarse es grande de entendimiento;</div><div class="q">Mas el que es impaciente de esp&#237;ritu enaltece la necedad.</div><div class="q"> 30El coraz&#243;n apacible es vida de la carne;</div><div class="q">Mas la envidia es carcoma de los huesos.</div><div class="q"> 31El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor;</div><div class="q">Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.</div><div class="q"> 32Por su maldad ser&#225; lanzado el imp&#237;o;</div><div class="q">Mas el justo en su muerte tiene esperanza.</div><div class="q"> 33En el coraz&#243;n del prudente reposa la sabidur&#237;a;</div><div class="q">Pero no es conocida en medio de los necios.</div><div class="q"> 34La justicia engrandece a la naci&#243;n;</div><div class="q">Mas el pecado es afrenta de las naciones.</div><div class="q"> 35La benevolencia del rey es para con el servidor entendido;</div><div class="q">Mas su enojo contra el que lo averg&#252;enza.</div>
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