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La evangelización es una parte fundamental de la fe cristiana. De hecho, es un mandato que tenemos. Jesús mismo nos dejó un mandato claro en Mateo 28:19-20.

Este mandato nos llama a compartir el evangelio con otros, pero ¿cómo podemos hacerlo de manera efectiva?

ALGUNOS PASOS PARA EVANGELIZAR

Paso 1: Oración constante

El primer paso para evangelizar de manera efectiva es la oración constante. La oración es una comunicación directa con Dios y es esencial para que Él nos guíe en nuestras acciones evangelísticas. La Biblia nos insta a orar por la oportunidad de compartir el evangelio y por las personas a las que estamos llamados a alcanzar.

Efesios 6:18 nos recuerda:

«No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios» (TLA).

La oración nos fortalece espiritualmente y nos llena del amor de Dios, pero no solo de manera individual sino juntos como Iglesia. Esto nos prepara para compartir el evangelio con gracia y compasión.

Paso 2: Conocer y comprender la Palabra de Dios

Otro paso básico para evangelizar efectivamente —y que además es fundamental— tiene que ver con conocer y comprender la Palabra de Dios, es decir, la Biblia.

2 Timoteo 3:16-17 nos dice:

«Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra» (NTV).

Estudiar la Biblia nos equipa para responder a las preguntas y desafíos que pueden surgir durante la evangelización. Además, el Apóstol Pedro nos aconseja en 1 Pedro 3:15:

«Estén siempre preparados para responder a todo el que pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto» (NVI).

Conocer la Palabra de Dios nos permite explicar y defender nuestra fe de manera sabia y amorosa.

Paso 3: Vivir una vida coherente con el Evangelio

El tercer paso es vivir una vida coherente con el Evangelio. Nuestra vida diaria debe reflejar los valores y principios del reino de Dios. Jesús nos enseñó en Mateo 5:16:

«De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial» (NTV).

Nuestro testimonio personal es una poderosa herramienta de evangelización.

Cuando vivimos de acuerdo con el evangelio atraemos a otros hacia Cristo. Las personas notan la diferencia en nuestra vida y pueden sentir el amor de Dios a través de nuestras acciones. Como dijo Jesús en Juan 13:35:

«El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos» (NTV).

Paso4: Compartir el Evangelio con amor y respeto

El último paso es compartir el evangelio con amor y respeto. Nuevamente podemos profundizar un poco más en 1 Pedro 3:15-16 donde se nos insta a hacerlo de esta manera:

«Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas. Pero háganlo con amabilidad y respeto. Pórtense bien, como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes sientan vergüenza de lo que dicen» (TLA).

Es esencial recordar que nuestro objetivo no es imponer nuestras creencias sino ofrecer el regalo del evangelio con amor y respeto.

Es importante escuchar a las personas, comprender sus preocupaciones y responder a sus preguntas con paciencia. El Espíritu Santo es quien convence a las personas de su necesidad de Cristo y nosotros simplemente somos instrumentos en Sus manos.

La evangelización es un mandato cristiano fundamental. Siguiendo estos 4 pasos bíblicos: la oración constante, el conocimiento de la Palabra de Dios, una vida coherente con el Evangelio y compartir el Evangelio con amor y respeto podemos cumplir nuestra llamada de hacer discípulos de todas las naciones.

Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 28:20:

«Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos» (NTV).

Con la guía y la presencia de Jesús podemos llevar a cabo esta tarea con confianza y amor.