Fiesta en El DesiertoMuestra

Cuando la realidad golpea tu verdad

En el 2015 enfrentamos el proceso más doloroso que hemos atravesado, el diagnóstico de enfermedad de nuestra mamá. Fueron 4 años de vivir literalmente un desierto, el último año ella no podía levantarse de la cama, muchas veces nos preguntamos por qué estábamos viviendo ese proceso si le servíamos a Dios. Toda nuestra familia siempre le ha servido a Dios y no entendíamos la realidad que veían nuestros ojos. Aquí existe algo importante que debemos aclarar, todo lo que estás viviendo o enfrentando es parte de tu realidad, pero no de tu verdad. Jesús se encontraba en el desierto, el Espíritu lo llevó allí, y aunque fieras lo rodeaban, y el enemigo lo tentaba, también dice el versículo que ángeles le servían. Es decir que el cielo estaba allí en medio del desierto de Jesús. La realidad en mi casa es que mi mamá estaba enferma y no podía levantarse de la cama, pero la verdad en mi casa es que Dios estaba allí y su atención nunca dejo de suplirnos, cuidarnos, y formar su carácter en nosotros.

En Santiago 1:2 hay algo muy claro, no es gozarte después de la prueba, es gozarte en medio de ella. Pero el gozo no se origina por un pensamiento imaginativo sino por un entendimiento de lo que Dios es, y lo que está haciendo en medio del proceso. Si reconoces que Dios está contigo en el desierto, el proceso y todo lo que estás viviendo, entonces puedes disfrutar de su compañía. Él es suficiente, y su plenitud en nosotros llena cada espacio que antes fue ocupado por el medio, la duda, el temor, el dolor. Recuerda que precisamente es eso lo que Dios está mudando en el desierto, para que puedas tener una nueva vida plena en su Espíritu.

Cuando reconoces que tu verdad está por encima de lo que estás viviendo (tu realidad) entonces no hay dudas de que puedes celebrar. Incluso reconocer tu verdad, que eres hijo de Dios y es tu padre el que ha permitido ese proceso, te da paz para confiar que todo lo que Dios hace es pleno y perfecto y siempre es para nuestro bien.