MV365: Génesis a LevíticoMuestra

Génesis 39 – 41

Tal y como José había visto en sueños, Dios tiene propósitos con su vida, pero antes debía trabajar en su carácter antes de usarlo grandemente:

• El Señor estuvo con José en la casa de Potifar, en la cárcel, y luego en el palacio del Rey. Dios estaba con él en todo tiempo, en las buenas y malas; tenía Su mano sobre él y José prosperaba en todo lo que hacía. Su sabiduría y su fe bendicen cada lugar donde Dios lo coloca y se gana la confianza de todos.
• La Palabra nos llama a trabajar para Dios y no para los hombres. Él quiere que sus hijos e hijas sean honestos, íntegros, puros y confiables. Dios favoreció a José y le dio favor ante los hombres. Todos reconocían que Dios estaba con José, mientras él daba la gloria a Dios por todo lo que hacía (41:16).

Siervos, obedezcan a sus amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de su corazón, como a Cristo; no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. (Ef 6:5-6 NBLA)

• Todas tenemos un trabajo o servicio que hacer, ya sea dentro o fuera del hogar. ¿Es tu actitud la del versículo más arriba? ¿Por qué sí o por qué no?
• La pureza es importante para Dios. José huyó de la tentación. Dios nos llama a huir de la inmoralidad (ver 1Co 6:18; 2 Tim 2:22). Hoy en día la tentación ante la inmoralidad nos toca a la puerta continuamente por todos los medios. Muchas prácticas inmorales son comunes y aceptadas en nuestros días. ¿Qué pasos prácticos has dado o debes dar para protegerte de caer y guardar la pureza?
• Dios llevó a José del pozo al palacio en unos pocos años. Él fue tan fiel en la cárcel como lo fue en la casa de Potifar porque confiaba en Dios, y en lugar de quejarse servía a otros mientras estaba allí. Dios no se olvidó de él; obró repentinamente y de un momento a otro lo sacó de la cárcel y lo colocó en el palacio del Rey. ¿Has estado esperando que Dios haga una obra en tu vida y piensas que nunca lo hará? Nunca pierdas la esperanza. Dios no te ha olvidado y obrará repentinamente, cuando menos lo esperes.
• Él fue fiel en lo poco y el Señor lo honró; lo humilló y luego lo exaltó. Dios siempre exalta al humilde:

«...Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo… porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido». (1 Ped 5:6; Lucas 18:14 NBLA)

• ¿Tienes tú este espíritu de servicio y de obediencia a Dios? Si tu respuesta es no, ¿cómo necesitas arrepentirte?
• ¿De qué manera no estás siendo esa sierva fiel en Sus manos? Cuando la gente te observa, ¿pueden darse cuenta de que eres una hija de Dios y de que Su Espíritu habita en ti? ¿Por qué sí o porque no?