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El Valle De Los Huesos Secos

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Conociendo a Dios

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Daniel – Serie: Profetas

Los Decretos De Dios Para Tu Vida

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch13" data-usfm="2SA.13">
 <div class="label">13</div><div class="s">Amn&#243;n y Tamar</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; despu&#233;s de esto, que teniendo Absal&#243;n hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, se enamor&#243; de ella Amn&#243;n hijo de David. 2Y estaba Amn&#243;n angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parec&#237;a a Amn&#243;n que ser&#237;a dif&#237;cil hacerle cosa alguna. 3Y Amn&#243;n ten&#237;a un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto. 4Y este le dijo: Hijo del rey, &#191;por qu&#233; de d&#237;a en d&#237;a vas enflaqueciendo as&#237;? &#191;No me lo descubrir&#225;s a m&#237;? Y Amn&#243;n le respondi&#243;: Yo amo a Tamar la hermana de Absal&#243;n mi hermano. 5Y Jonadab le dijo: Acu&#233;state en tu cama, y finge que est&#225;s enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me d&#233; de comer, y prepare delante de m&#237; alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano. 6Se acost&#243;, pues, Amn&#243;n, y fingi&#243; que estaba enfermo; y vino el rey a visitarle. Y dijo Amn&#243;n al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de m&#237; dos hojuelas, para que coma yo de su mano.</div><div class="p"> 7Y David envi&#243; a Tamar a su casa, diciendo: Ve ahora a casa de Amn&#243;n tu hermano, y hazle de comer. 8Y fue Tamar a casa de su hermano Amn&#243;n, el cual estaba acostado; y tom&#243; harina, y amas&#243;, e hizo hojuelas delante de &#233;l y las coci&#243;. 9Tom&#243; luego la sart&#233;n, y las sac&#243; delante de &#233;l; mas &#233;l no quiso comer. Y dijo Amn&#243;n: Echad fuera de aqu&#237; a todos. Y todos salieron de all&#237;. 10Entonces Amn&#243;n dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que hab&#237;a preparado, las llev&#243; a su hermano Amn&#243;n a la alcoba. 11Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asi&#243; de ella, y le dijo: Ven, hermana m&#237;a, acu&#233;state conmigo. 12Ella entonces le respondi&#243;: No, hermano m&#237;o, no me hagas violencia; porque no se debe hacer as&#237; en Israel. No hagas tal vileza. 13Porque &#191;ad&#243;nde ir&#237;a yo con mi deshonra? Y aun t&#250; ser&#237;as estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que &#233;l no me negar&#225; a ti. 14Mas &#233;l no la quiso o&#237;r, sino que pudiendo m&#225;s que ella, la forz&#243;, y se acost&#243; con ella.</div><div class="p"> 15Luego la aborreci&#243; Amn&#243;n con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreci&#243; fue mayor que el amor con que la hab&#237;a amado. Y le dijo Amn&#243;n: Lev&#225;ntate, y vete. 16Y ella le respondi&#243;: No hay raz&#243;n; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas &#233;l no la quiso o&#237;r, 17sino que llamando a su criado que le serv&#237;a, le dijo: &#201;chame a esta fuera de aqu&#237;, y cierra tras ella la puerta. 18Y llevaba ella un vestido de diversos colores, traje que vest&#237;an las hijas v&#237;rgenes de los reyes. Su criado, pues, la ech&#243; fuera, y cerr&#243; la puerta tras ella. 19Entonces Tamar tom&#243; ceniza y la esparci&#243; sobre su cabeza, y rasg&#243; la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.</div><div class="s">Venganza y huida de Absal&#243;n</div><div class="p"> 20Y le dijo su hermano Absal&#243;n: &#191;Ha estado contigo tu hermano Amn&#243;n? Pues calla ahora, hermana m&#237;a; tu hermano es; no se angustie tu coraz&#243;n por esto. Y se qued&#243; Tamar desconsolada en casa de Absal&#243;n su hermano. 21Y luego que el rey David oy&#243; todo esto, se enoj&#243; mucho. 22Mas Absal&#243;n no habl&#243; con Amn&#243;n ni malo ni bueno; aunque Absal&#243;n aborrec&#237;a a Amn&#243;n, porque hab&#237;a forzado a Tamar su hermana.</div><div class="p"> 23Aconteci&#243; pasados dos a&#241;os, que Absal&#243;n ten&#237;a esquiladores en Baal-hazor, que est&#225; junto a Efra&#237;n; y convid&#243; Absal&#243;n a todos los hijos del rey. 24Y vino Absal&#243;n al rey, y dijo: He aqu&#237;, tu siervo tiene ahora esquiladores; yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo. 25Y respondi&#243; el rey a Absal&#243;n: No, hijo m&#237;o, no vamos todos, para que no te seamos gravosos. Y aunque porfi&#243; con &#233;l, no quiso ir, mas le bendijo. 26Entonces dijo Absal&#243;n: Pues si no, te ruego que venga con nosotros Amn&#243;n mi hermano. Y el rey le respondi&#243;: &#191;Para qu&#233; ha de ir contigo? 27Pero como Absal&#243;n le importunaba, dej&#243; ir con &#233;l a Amn&#243;n y a todos los hijos del rey. 28Y Absal&#243;n hab&#237;a dado orden a sus criados, diciendo: Os ruego que mir&#233;is cuando el coraz&#243;n de Amn&#243;n est&#233; alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amn&#243;n, entonces matadle, y no tem&#225;is, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes. 29Y los criados de Absal&#243;n hicieron con Amn&#243;n como Absal&#243;n les hab&#237;a mandado. Entonces se levantaron todos los hijos del rey, y montaron cada uno en su mula, y huyeron.</div><div class="p"> 30Estando ellos a&#250;n en el camino, lleg&#243; a David el rumor que dec&#237;a: Absal&#243;n ha dado muerte a todos los hijos del rey, y ninguno de ellos ha quedado. 31Entonces levant&#225;ndose David, rasg&#243; sus vestidos, y se ech&#243; en tierra, y todos sus criados que estaban junto a &#233;l tambi&#233;n rasgaron sus vestidos. 32Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habl&#243; y dijo: No diga mi se&#241;or que han dado muerte a todos los j&#243;venes hijos del rey, pues solo Amn&#243;n ha sido muerto; porque por mandato de Absal&#243;n esto hab&#237;a sido determinado desde el d&#237;a en que Amn&#243;n forz&#243; a Tamar su hermana. 33Por tanto, ahora no ponga mi se&#241;or el rey en su coraz&#243;n ese rumor que dice: Todos los hijos del rey han sido muertos; porque solo Amn&#243;n ha sido muerto.</div><div class="p"> 34Y Absal&#243;n huy&#243;. Entre tanto, alzando sus ojos el joven que estaba de atalaya, mir&#243;, y he aqu&#237; mucha gente que ven&#237;a por el camino a sus espaldas, del lado del monte. 35Y dijo Jonadab al rey: He all&#237; los hijos del rey que vienen; es as&#237; como tu siervo ha dicho. 36Cuando &#233;l acab&#243; de hablar, he aqu&#237; los hijos del rey que vinieron, y alzando su voz lloraron. Y tambi&#233;n el mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos.</div><div class="p"> 37Mas Absal&#243;n huy&#243; y se fue a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur.#2 S. 3.3. Y David lloraba por su hijo todos los d&#237;as. 38As&#237; huy&#243; Absal&#243;n y se fue a Gesur, y estuvo all&#225; tres a&#241;os. 39Y el rey David deseaba ver a Absal&#243;n; pues ya estaba consolado acerca de Amn&#243;n, que hab&#237;a muerto.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch14" data-usfm="2SA.14">
 <div class="label">14</div><div class="s">Joab procura el regreso de Absal&#243;n</div><div class="p"> 1Conociendo Joab hijo de Sarvia que el coraz&#243;n del rey se inclinaba por Absal&#243;n, 2envi&#243; Joab a Tecoa, y tom&#243; de all&#225; una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, y te vistas ropas de luto, y no te unjas con &#243;leo, sino pres&#233;ntate como una mujer que desde mucho tiempo est&#225; de duelo por alg&#250;n muerto; 3y entrar&#225;s al rey, y le hablar&#225;s de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca.</div><div class="p"> 4Entr&#243;, pues, aquella mujer de Tecoa al rey, y postr&#225;ndose en tierra sobre su rostro, hizo reverencia, y dijo: &#161;Socorro, oh rey! 5El rey le dijo: &#191;Qu&#233; tienes? Y ella respondi&#243;: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido ha muerto. 6Tu sierva ten&#237;a dos hijos, y los dos ri&#241;eron en el campo; y no habiendo quien los separase, hiri&#243; el uno al otro, y lo mat&#243;. 7Y he aqu&#237; toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mat&#243; a su hermano, para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien &#233;l mat&#243;, y matemos tambi&#233;n al heredero. As&#237; apagar&#225;n el ascua que me ha quedado, no dejando a mi marido nombre ni reliquia sobre la tierra.</div><div class="p"> 8Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, y yo dar&#233; &#243;rdenes con respecto a ti. 9Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey se&#241;or m&#237;o, la maldad sea sobre m&#237; y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. 10Y el rey dijo: Al que hablare contra ti, tr&#225;elo a m&#237;, y no te tocar&#225; m&#225;s. 11Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehov&#225; tu Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el da&#241;o, y no destruya a mi hijo. Y &#233;l respondi&#243;: Vive Jehov&#225;, que no caer&#225; ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.</div><div class="p"> 12Y la mujer dijo: Te ruego que permitas que tu sierva hable una palabra a mi se&#241;or el rey. Y &#233;l dijo: Habla. 13Entonces la mujer dijo: &#191;Por qu&#233;, pues, has pensado t&#250; cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque hablando el rey esta palabra, se hace culpable &#233;l mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado. 14Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de s&#237; al desterrado. 15Y el haber yo venido ahora para decir esto al rey mi se&#241;or, es porque el pueblo me atemoriz&#243;; y tu sierva dijo: Hablar&#233; ahora al rey; quiz&#225; &#233;l har&#225; lo que su sierva diga. 16Pues el rey oir&#225;, para librar a su sierva de mano del hombre que me quiere destruir a m&#237; y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios. 17Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi se&#241;or el rey, pues que mi se&#241;or el rey es como un &#225;ngel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. As&#237; Jehov&#225; tu Dios sea contigo.</div><div class="p"> 18Entonces David respondi&#243; y dijo a la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare. Y la mujer dijo: Hable mi se&#241;or el rey. 19Y el rey dijo: &#191;No anda la mano de Joab contigo en todas estas cosas? La mujer respondi&#243; y dijo: Vive tu alma, rey se&#241;or m&#237;o, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de todo lo que mi se&#241;or el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, &#233;l me mand&#243;, y &#233;l puso en boca de tu sierva todas estas palabras. 20Para mudar el aspecto de las cosas Joab tu siervo ha hecho esto; pero mi se&#241;or es sabio conforme a la sabidur&#237;a de un &#225;ngel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra.</div><div class="p"> 21Entonces el rey dijo a Joab: He aqu&#237; yo hago esto; ve, y haz volver al joven Absal&#243;n. 22Y Joab se postr&#243; en tierra sobre su rostro e hizo reverencia, y despu&#233;s que bendijo al rey, dijo: Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey se&#241;or m&#237;o, pues ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho. 23Se levant&#243; luego Joab y fue a Gesur, y trajo a Absal&#243;n a Jerusal&#233;n. 24Mas el rey dijo: V&#225;yase a su casa, y no vea mi rostro. Y volvi&#243; Absal&#243;n a su casa, y no vio el rostro del rey.</div><div class="p"> 25Y no hab&#237;a en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absal&#243;n; desde la planta de su pie hasta su coronilla no hab&#237;a en &#233;l defecto. 26Cuando se cortaba el cabello (lo cual hac&#237;a al fin de cada a&#241;o, pues le causaba molestia, y por eso se lo cortaba), pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos de peso real. 27Y le nacieron a Absal&#243;n tres hijos, y una hija que se llam&#243; Tamar, la cual era mujer de hermoso semblante.</div><div class="p"> 28Y estuvo Absal&#243;n por espacio de dos a&#241;os en Jerusal&#233;n, y no vio el rostro del rey. 29Y mand&#243; Absal&#243;n por Joab, para enviarlo al rey, pero &#233;l no quiso venir; y envi&#243; aun por segunda vez, y no quiso venir. 30Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el campo de Joab est&#225; junto al m&#237;o, y tiene all&#237; cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absal&#243;n prendieron fuego al campo. 31Entonces se levant&#243; Joab y vino a casa de Absal&#243;n, y le dijo: &#191;Por qu&#233; han prendido fuego tus siervos a mi campo? 32Y Absal&#243;n respondi&#243; a Joab: He aqu&#237; yo he enviado por ti, diciendo que vinieses ac&#225;, con el fin de enviarte al rey para decirle: &#191;Para qu&#233; vine de Gesur? Mejor me fuera estar a&#250;n all&#225;. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en m&#237; pecado, m&#225;teme. 33Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo saber. Entonces llam&#243; a Absal&#243;n, el cual vino al rey, e inclin&#243; su rostro a tierra delante del rey; y el rey bes&#243; a Absal&#243;n.</div>
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 <div class="chapter ch15" data-usfm="2SA.15">
 <div class="label">15</div><div class="s">Absal&#243;n se subleva contra David</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; despu&#233;s de esto, que Absal&#243;n se hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que corriesen delante de &#233;l. 2Y se levantaba Absal&#243;n de ma&#241;ana, y se pon&#237;a a un lado del camino junto a la puerta; y a cualquiera que ten&#237;a pleito y ven&#237;a al rey a juicio, Absal&#243;n le llamaba y le dec&#237;a: &#191;De qu&#233; ciudad eres? Y &#233;l respond&#237;a: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. 3Entonces Absal&#243;n le dec&#237;a: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del rey. 4Y dec&#237;a Absal&#243;n: &#161;Qui&#233;n me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen a m&#237; todos los que tienen pleito o negocio, que yo les har&#237;a justicia! 5Y acontec&#237;a que cuando alguno se acercaba para inclinarse a &#233;l, &#233;l extend&#237;a la mano y lo tomaba, y lo besaba. 6De esta manera hac&#237;a con todos los israelitas que ven&#237;an al rey a juicio; y as&#237; robaba Absal&#243;n el coraz&#243;n de los de Israel.</div><div class="p"> 7Al cabo de cuatro a&#241;os, aconteci&#243; que Absal&#243;n dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya a Hebr&#243;n, a pagar mi voto que he prometido a Jehov&#225;. 8Porque tu siervo hizo voto cuando estaba en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehov&#225; me hiciere volver a Jerusal&#233;n, yo servir&#233; a Jehov&#225;. 9Y el rey le dijo: Ve en paz. Y &#233;l se levant&#243;, y fue a Hebr&#243;n. 10Entonces envi&#243; Absal&#243;n mensajeros por todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oig&#225;is el sonido de la trompeta dir&#233;is: Absal&#243;n reina en Hebr&#243;n. 11Y fueron con Absal&#243;n doscientos hombres de Jerusal&#233;n convidados por &#233;l, los cuales iban en su sencillez, sin saber nada. 12Y mientras Absal&#243;n ofrec&#237;a los sacrificios, llam&#243; a Ahitofel gilonita, consejero de David, de su ciudad de Gilo. Y la conspiraci&#243;n se hizo poderosa, y aumentaba el pueblo que segu&#237;a a Absal&#243;n.</div><div class="p"> 13Y un mensajero vino a David, diciendo: El coraz&#243;n de todo Israel se va tras Absal&#243;n. 14Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con &#233;l en Jerusal&#233;n: Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absal&#243;n; daos prisa a partir, no sea que apresur&#225;ndose &#233;l nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada. 15Y los siervos del rey dijeron al rey: He aqu&#237;, tus siervos est&#225;n listos a todo lo que nuestro se&#241;or el rey decida. 16El rey entonces sali&#243;, con toda su familia en pos de &#233;l. Y dej&#243; el rey diez mujeres concubinas, para que guardasen la casa. 17Sali&#243;, pues, el rey con todo el pueblo que le segu&#237;a, y se detuvieron en un lugar distante. 18Y todos sus siervos pasaban a su lado, con todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos hombres que hab&#237;an venido a pie desde Gat, iban delante del rey.</div><div class="p"> 19Y dijo el rey a Itai geteo: &#191;Para qu&#233; vienes t&#250; tambi&#233;n con nosotros? Vu&#233;lvete y qu&#233;date con el rey; porque t&#250; eres extranjero, y desterrado tambi&#233;n de tu lugar. 20Ayer viniste, &#191;y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a m&#237;, yo ir&#233; a donde pueda ir; t&#250; vu&#233;lvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehov&#225; te muestre amor permanente y fidelidad. 21Y respondi&#243; Itai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi se&#241;or el rey, que o para muerte o para vida, donde mi se&#241;or el rey estuviere, all&#237; estar&#225; tambi&#233;n tu siervo. 22Entonces David dijo a Itai: Ven, pues, y pasa. Y pas&#243; Itai geteo, y todos sus hombres, y toda su familia. 23Y todo el pa&#237;s llor&#243; en alta voz; pas&#243; luego toda la gente el torrente de Cedr&#243;n; asimismo pas&#243; el rey, y todo el pueblo pas&#243; al camino que va al desierto.</div><div class="p"> 24Y he aqu&#237;, tambi&#233;n iba Sadoc, y con &#233;l todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios; y asentaron el arca del pacto de Dios. Y subi&#243; Abiatar despu&#233;s que todo el pueblo hubo acabado de salir de la ciudad. 25Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad. Si yo hallare gracia ante los ojos de Jehov&#225;, &#233;l har&#225; que vuelva, y me dejar&#225; verla y a su tabern&#225;culo. 26Y si dijere: No me complazco en ti; aqu&#237; estoy, haga de m&#237; lo que bien le pareciere. 27Dijo adem&#225;s el rey al sacerdote Sadoc: &#191;No eres t&#250; el vidente? Vuelve en paz a la ciudad, y con vosotros vuestros dos hijos; Ahimaas tu hijo, y Jonat&#225;n hijo de Abiatar. 28Mirad, yo me detendr&#233; en los vados del desierto,#Sal. 63 t&#237;t. hasta que venga respuesta de vosotros que me d&#233; aviso. 29Entonces Sadoc y Abiatar volvieron el arca de Dios a Jerusal&#233;n, y se quedaron all&#225;.</div><div class="p"> 30Y David subi&#243; la cuesta de los Olivos; y la subi&#243; llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. Tambi&#233;n todo el pueblo que ten&#237;a consigo cubri&#243; cada uno su cabeza, e iban llorando mientras sub&#237;an. 31Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel est&#225; entre los que conspiraron con Absal&#243;n. Entonces dijo David: Entorpece ahora, oh Jehov&#225;, el consejo de Ahitofel.</div><div class="p"> 32Cuando David lleg&#243; a la cumbre del monte para adorar all&#237; a Dios, he aqu&#237; Husai arquita que le sali&#243; al encuentro, rasgados sus vestidos, y tierra sobre su cabeza. 33Y le dijo David: Si pasares conmigo, me ser&#225;s carga. 34Mas si volvieres a la ciudad, y dijeres a Absal&#243;n: Rey, yo ser&#233; tu siervo; como hasta aqu&#237; he sido siervo de tu padre, as&#237; ser&#233; ahora siervo tuyo; entonces t&#250; har&#225;s nulo el consejo de Ahitofel. 35&#191;No estar&#225;n all&#237; contigo los sacerdotes Sadoc y Abiatar? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, se lo comunicar&#225;s a los sacerdotes Sadoc y Abiatar. 36Y he aqu&#237; que est&#225;n con ellos sus dos hijos, Ahimaas el de Sadoc, y Jonat&#225;n el de Abiatar; por medio de ellos me enviar&#233;is aviso de todo lo que oyereis. 37As&#237; vino Husai amigo de David a la ciudad; y Absal&#243;n entr&#243; en Jerusal&#233;n.</div>
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