Aprendiendo a alabar en cada temporadaEjemplo

Necesitamos volver al verdadero gozo. Hoy día, hemos distorsionado la idea del verdadero gozo y se ha perdido la esencia. Todos experimentamos alegría en algún momento concreto de nuestras vidas, y en un instante se desvanece. Como seres humanos, nuestras emociones son tan fluctuantes... Pero, el gozo que Dios da es permanente porque es un fruto del Espíritu Santo. Es decir, es algo que nace de esa conexión íntima, constante y diaria con la persona del Espíritu Santo.

Quizá el verdadero gozo, el que solo da Jesús, pueda resultar difícil de entender o de vivir. Sin embargo, podríamos decir que no tenemos que esforzarnos por tener este gozo, pero sí por alimentar nuestra relación de deleite profundo con Dios cada día. Es más sencillo de lo que parece. El gozo sería algo que brotaría de manera natural de nuestro interior. No dependería de lo de afuera, sino de lo de adentro de nuestro ser; allí donde mora el Espíritu Santo de Dios. Se alimentaría de nuestra conexión con Su corazón, de la esperanza que encontramos en Él, de la promesa de una vida junto a Él, de la confianza de que todo en este mundo es pasajero y lo que encontramos en Él es eterno.

Así que, te invito, como nos exhorta 1 Tesalonicenses 5:16, a que estemos siempre gozosos. Un corazón alegre expresará ese gozo en alabanza. Será un corazón que vivirá alabando en cada temporada de su vida.

Deseo cerrar este plan devocional invitándote a escuchar mi último lanzamiento titulado "Solo puedo alabar". Sé que será de mucha bendición a tu vida. Encuentra esto y más en el siguiente enlace: https://linktr.ee/lauralaverdemusic