No seas consumido por la amarguraMuestra
“El fruto venenoso y ajenjo”
Pensemos en esto que considero importante: ¿Qué es esta raíz que provoca la producción de este fruto peligroso y amargo dentro del creyente?
El verso siguiente de Deuteronomio 29 nos da la sorprendente respuesta, pero encaja perfectamente con lo que dice el libro de Hebreos. El verso 18 finaliza con la frase: “…no sea que haya entre vosotros una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo” (LBLA). Y el verso 19 comienza con la definición de esta raíz: “Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá, diciendo: ‘Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón’, lo cual conducirá a la destrucción de la tierra regada junto con la seca”.
¿Cuál es entonces la raíz que trae el fruto amargo? Es una persona que malinterpreta el concepto de la seguridad eterna. Se siente seguro, aunque no esté seguro. Dice: “Tendré paz [=estaré seguro] aunque ande en la terquedad de mi corazón” (nota del autor). No comprende el pacto que hace Dios con su pueblo, Sus hijos.
Es posible que usted sea un cristiano profesante que cree estar seguro a causa de alguna experiencia espiritual pasada, o de alguna asociación presente con el pueblo cristiano. El objetivo de Hebreos es sanar a los cristianos de la presunción, y fomentar la perseverancia devota en la fe y santidad. Nos advierte al menos cuatros veces de que no deberíamos descuidar nuestra gran salvación, sino estar vigilantes en nuestra lucha cotidiana de la fe para que no nos endurezcamos, para que no nos alejemos de nuestra fe, y para que no probemos que no tuvimos ninguna parte en Cristo (lea Hebreos 2:3; 3:12-14; 6:4-7; 10:23-29).
Pensemos en esto que considero importante: ¿Qué es esta raíz que provoca la producción de este fruto peligroso y amargo dentro del creyente?
El verso siguiente de Deuteronomio 29 nos da la sorprendente respuesta, pero encaja perfectamente con lo que dice el libro de Hebreos. El verso 18 finaliza con la frase: “…no sea que haya entre vosotros una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo” (LBLA). Y el verso 19 comienza con la definición de esta raíz: “Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá, diciendo: ‘Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón’, lo cual conducirá a la destrucción de la tierra regada junto con la seca”.
¿Cuál es entonces la raíz que trae el fruto amargo? Es una persona que malinterpreta el concepto de la seguridad eterna. Se siente seguro, aunque no esté seguro. Dice: “Tendré paz [=estaré seguro] aunque ande en la terquedad de mi corazón” (nota del autor). No comprende el pacto que hace Dios con su pueblo, Sus hijos.
Es posible que usted sea un cristiano profesante que cree estar seguro a causa de alguna experiencia espiritual pasada, o de alguna asociación presente con el pueblo cristiano. El objetivo de Hebreos es sanar a los cristianos de la presunción, y fomentar la perseverancia devota en la fe y santidad. Nos advierte al menos cuatros veces de que no deberíamos descuidar nuestra gran salvación, sino estar vigilantes en nuestra lucha cotidiana de la fe para que no nos endurezcamos, para que no nos alejemos de nuestra fe, y para que no probemos que no tuvimos ninguna parte en Cristo (lea Hebreos 2:3; 3:12-14; 6:4-7; 10:23-29).
Acerca de este Plan
La amargura es algo que envenena nuestra alma. Cada vez vemos a personas, aun creyentes, dominados por este terrible mal. Sin embargo, podemos vencerla cuando conocemos el pacto que Dios hizo por su pueblo, cancelando la enemistad por la paz y la inseguridad por la santidad. El maestro John Piper le invita a conocer sobre la raíz de la amargura y cómo vencerla.
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Nos gustaría agradecer a escrito por John Piper, fundador y maestro de desiringGod.org, en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.desiringGod.org y www.elcentronetwork.com