Amor Del BuenoMuestra

Amar es obedecer

Hay que reconocer que obedecer nos incomoda en cierta forma, porque no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. En la sociedad en que vivimos, se le da mucha importancia a lo que sentimos; entonces, si no lo sentimos, creemos que no lo debemos hacer. ¡No podemos dejar que nuestros sentimientos nos guíen! Los sentimientos pueden estar hoy y mañana no. No podemos amar dependiendo de nuestros sentimientos. Tenemos que permanecer en el amor, un amor como el que nos enseñó Jesús que, aunque no quería atravesar el dolor y el peso de morir en una cruz, se negó a hacer su propia voluntad y obedeció la voluntad del Padre.

Jesús resumió los diez mandamientos en amar a Dios y a los demás. Un mandamiento es una instrucción dada por Dios para obedecer. En algunos momentos, esto será sencillo; otra veces, no tanto.

Es medianamente fácil amar a nuestras familias y amigos (hasta los que no creen en el Señor lo hacen), pero amar a los que nos lastiman implica otro nivel de amor aún más desafiante. Solo podemos hacerlo a través del don del Fruto del amor que recibimos del Espíritu Santo, es decir, no en nuestras propias fuerzas, sino en las suyas.

Reflexionando sobre esto hoy:

¿Me dispongo a someter mis sentimientos a la voluntad de Dios?

¿Obedezco el mandamiento de Dios de amarlo a Él y a los demás?