[Vida de David] Deja un buen legado espiritualMuestra

Inicios y finales

David era el hijo de Isaí. Isaí tenía nueve hijos y David era el menor. Cuando Samuel, el profeta de Dios, fue a ungir al futuro rey de Israel de entre los hijos de Isaí, los conoció a todos excepto a David. Es casi como si Isaí se hubiera olvidado de su hijo menor que estaba en el campo, cuidando las ovejas. No fue considerado por su padre porque era demasiado joven, sus hermanos mayores tenían más probabilidades de ser elegidos rey en lugar de David.

La relación de David con sus hermanos estaba llena de tensión. Nunca fue tomado en serio. A menudo fue olvidado y menospreciado por sus hermanos. ¿Recuerdas cuando fue a luchar contra Goliat? Su hermano mayor se enojó con él y lo insultó, pero la respuesta de David fue: «¿Qué he hecho ahora?». Parece que estaba acostumbrado a que sus hermanos se enojaran con él.

Cuando leemos en la Biblia que «David, hijo de Isaí, fue rey sobre todo Israel» en realidad leemos una gran declaración. Significa que David, el último y más pequeño de los hijos, el que olvidaron que estaba en el campo, el que cuidaba el rebaño; David, hijo de Isaí, se convirtió en rey de Israel. David fue olvidado como hijo, pero fue recordado como rey. David fue pasado por alto, pero luego fue levantado. Es absolutamente asombroso pensar en esto. David no fue invitado al ungimiento que Samuel iba a realizar al llegar, sin embargo, es el rey más recordado de todo Israel.

¿Puedes ver el comienzo de la vida de David en la Biblia? Fue un comienzo pequeño, tal vez difícil, pero su final fue fuerte y glorioso, porque cumplió el propósito de Dios para su vida.

Es posible que sientas que has tenido un comienzo difícil y nunca llegarás a cumplir el propósito de Dios en tu vida. Sin embargo, hay una verdad que necesitamos saber y entender, que mientras todavía estamos respirando, todavía hay gracia de Dios disponible para nosotros. Mientras aún vivimos, todavía hay un futuro y un propósito que cumplir.

¡Con Dios, a través de su asombrosa gracia, cada comienzo difícil puede tener un final fuerte y glorioso!