Esperando y observando

El amor expectante de la Navidad

Si nos remontamos a la primera Navidad, encontraremos dos grupos especiales que anticipaban el pesebre y al Mesías. Ellos también anhelaban verle y abrazar el sorprendente gozo que Jesús traía al mundo. Lo necesitaban y estaban ansiosos por verlo cara a cara.

Los que esperan: Los Reyes Magos

Por lo que sabemos, no recibieron la visita de un ángel como María y José, ni vieron coros de ángeles como los pastores. Dios les dio una señal especial: una estrella.

Desde Jerusalén, los Magos recorrieron los últimos ocho o nueve kilómetros hasta Belén. Allí lo encontraron. Visitaron al Niño y a su familia, presentaron sus regalos y le adoraron. Le vieron la cara.

Después, los Reyes Magos desaparecieron de la historia tan misteriosamente como habían aparecido. Pero no importa: ¡Habían visto al Rey! Él hacía que toda la espera tuviera sentido.

Los que observaron: Los pastores

Comparemos a los Magos con los pastores. Los Magos eran gentiles venidos de lejos. Los pastores eran judíos que cuidaban sus rebaños en las cercanías. Eran los trabajadores más humildes de la sociedad. Muchos estudiosos creen que estaban prohibidos en las ciudades por su suciedad y olor.

Estos pastores locales eran un anticipo del tipo de personas a las que Jesús serviría más tarde: los galileos remotos, los leprosos aborrecibles, los recaudadores de impuestos despreciados, las multitudes apremiantes, los desamparados.

El amor expectante de la Navidad

No viva con ansiedad, paranoia y miedo. Sea sabio como los Reyes Magos. Sea humilde como los pastores. Tenga ilusión y anhelo por el amor de la Navidad, porque el Señor quiere aparecerse a usted. Quiere que vea a Jesús más claramente en esta Navidad.

En cuanto a mí, estoy observando y esperando Su regreso. El Antiguo Testamento predijo Su primera venida, y Él llegó en el tiempo designado. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento predicen Su segunda venida.

Pero no tenemos que esperar Su regreso para conocerle y tener comunión con Él. Esta Navidad, dedique tiempo a caminar con el Señor, a amarle y a sentir Su amor. Él es la paz estable que todos necesitamos para un mundo inestable. ¡Acompáñeme la próxima vez, mientras desenvolvemos el Amor Eterno de la Navidad!