Entonces, ya aprendimos que incluso los enemigos de Dios reconocen que Dios es un Dios de montes y no de los valles, un Dios de abundancia y supremacía no de necesidad y angustia.

Salmo 121:1-2 nos habla del socorro o ayuda que coincidentemente, ¿coincidentemente? No lo creo, ¡viene de las montañas de Jehova! Dios de los montes y un Dios Supremo, el v2 del Salmo 121 dice: Que hizo los cielos y la tierra. Nuevamente, declarando la grandeza y la supremacia de Dios. Esto es muy llamativo ya que Dios merece toda la gloria y aun asi terminamos glorificandolo incluso en nuestros valles, porque es Él, el que busca ayudarnos, socorrernos.

Nuevamente debes estar diciendo: Julio eso es motivación barata. No es mi objetivo convencerte de la grandeza, supremacía, amor y gracia de nuestro Señor por sobre la pobredumbre de el pecado y la maldad, más bien el poder enfocar nuestras fuerzas de ruego al único que nos ve cómo estamos, desamparados.

Mateo 9 nos habla de cómo Jesús nos ve cuando estamos "corriendo" o siguiéndolo a cada rato, vamos como pequeños detras de su papá, dice el versículo 36: Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.

Quiero que podamos entender algo, ¡no somos victimas! (hablaremos de esto más adelante). Pero estamos constantemente con corazones cautivos por el pecado, nuestra carne no es lo suficientemente sensible a lo espiritual, a lo que Dios quiere transformar en nosotros, quiero recordarte algo

Dios es Dios de los montes porque para Él no existen los valles.

Así es, Él, como Dios, no pasa por momentos de angustia, depresión o ansiedad, en cómo solucionar las cosas, Él sabe quién es y es algo que tú y yo debemos repetirnos día a día, Nuestra identidad es de hijos RESTAURADOS A UNA NUEVA CIUDADANÍA, no somos de este mundo, vivimos angustias en este mundo que son cubiertas por Dios.

Enfoque de Oración: Dios soy hijo y quiero vivir como tal, no como un pecador, más bien como dices que soy, santo y limpio a tus ojos. Por eso oro para caminar en rectitud, en santidad y en identidad confiado de que todo viene de tu gracia y misericordia, cambia mi mente, hazme ver como tú me ves.