[Verdad y amor] En palabras como en hechosMuestra
Las enseñanzas del aposento alto
La última vez que Jesús tuvo la oportunidad de enseñar a sus discípulos fue en el aposento alto, durante la Última Cena. Después de la cena, les dio un nuevo mandamiento y una forma de recordarlo.
El nuevo mandamiento cambió para siempre la vida de los discípulos. Tanto, que el apóstol Juan, en su segunda carta, definió el amor como el seguimiento del mandamiento de Cristo. Afirmó que el mandamiento de Cristo es que nos amemos los unos a los otros.
Esto significa que personas de toda condición y origen pueden unirse en Jesucristo, ministrar juntos y amarse unos a otros, sin divisiones.
El reto para nosotros como iglesia es estar presentes y asegurarnos de que la iglesia sea un lugar donde cualquiera que entre sea amado como si hubiera sido amado por el propio Jesús el Mesías.
Pero justo antes de dar a sus discípulos el mandamiento del amor, Jesús dio una lección sobre la comunión. En 1 Corintios 11, el Apóstol Pablo relata la historia del aposento alto y contempla la comunión desde tres perspectivas diferentes: la verdad que Jesucristo proclamó, la verdad que puso en práctica y nuestra respuesta.
Pablo no estuvo presente en el aposento alto, pero en el primer capítulo de Gálatas dice que recibió una revelación directa de Jesucristo. Es posible que de ahí recibiera las instrucciones sobre cómo celebrar la comunión, ya que Cristo en el aposento alto dio un conjunto específico de instrucciones para recibir la Cena del Señor.
Lo primero que hizo Jesús fue tomar el pan y dar gracias por él. Con esto, Él estaba bendiciendo la provisión física que estaban a punto de comer, pero al mismo tiempo, estaba dando gracias secundariamente por su cuerpo.
Jesús invitó a sus discípulos a tomar el pan que representaba su cuerpo. Con ello les ofrecía una parte de su cuerpo y les invitaba a participar en los beneficios de su sacrificio: tanto la expiación por sus pecados como que Él estaba a punto de morir en su lugar en la cruz, como se merecían.
Esta invitación era para ellos, pero también para todos los creyentes de hoy. Nosotros también podemos tomar nuestra parte del pan que representa su cuerpo y unirnos a Él.
Señor, gracias por lo que hiciste por mí en la cruz. Gracias porque me has dado una parte de tu cuerpo. Ayúdame a comprender todo el significado y todos los beneficios de tu sacrificio, para que pueda caminar en la verdad en mi vida diaria.
Acerca de este Plan
La muerte y resurrección de Jesús, así como la promesa de su regreso, demuestran su amor inagotable por cada uno de nosotros, tanto en palabras como en hechos. Jesús dijo que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos, pero no se limitó a decirlo. Lo hizo.
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Nos gustaría agradecer al Dr. Mark Rae del Centro Grace para el Desarrollo Espiritual (GCSD) de la Escuela de Teología Grace, en asociación con El Centro Network, por proporcionar este plan devocional. Grace se dedica a desarrollar líderes espirituales en cada nación que puedan enseñar a otros el amor de Cristo. Para más información, visite: https://www.gsot.edu/center/ y http://www.elcentronetwork.com.