El camino hacia la integridadMuestra
"Seguidores genuinos"
Josué exhortó al pueblo de Israel a servir a Dios con integridad, diciendo: "Temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad..." (Josué 24:14). David también nos recuerda que: "El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón..." (Salmo 15:2). Dios no se agrada de seguidores insinceros. Si esto es serio para cualquier cristiano, mucho más lo es para aquéllos que buscan persuadir a otros a seguir a Dios. Un líder debe ser creíble; para ser creíble debe ser confiable; y para ser confiable debe ser íntegro.
En Números 14:20-24 vemos que Dios, quien conoce los corazones, al dictar sentencia no pudo calificarlos a todos de la misma manera. La integridad de Caleb hizo toda la diferencia. El término de todo corazón que el escritor usa podría traducirse con los sinónimos: sinceridad e integridad. La relación personal de Caleb con Dios no era algo de conveniencia ni era falsa, sino completamente genuina. Su amor por Dios no era fingido. El amor a Dios es la esencia de nuestra vocación y Él conoce la sinceridad de nuestras intensiones. Caleb era un hombre íntegro.
Si la integridad es fundamental en todo liderazgo, ¿cómo entonces se define? El diccionario de la lengua española define la palabra integridad como: "entero; completo; que no está dividido interiormente; incorruptible". Esto quiere decir que el portador de estas cualidades tiene ideas íntegras, es moral, sincero, honesto, digno de confianza y en él hay fidelidad. Cuando aplicamos la integridad a nuestra relación con Dios y a Su servicio, enfatizamos que no debe haber diferencias entre lo que decimos y nuestra conducta.
Josué exhortó al pueblo de Israel a servir a Dios con integridad, diciendo: "Temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad..." (Josué 24:14). David también nos recuerda que: "El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón..." (Salmo 15:2). Dios no se agrada de seguidores insinceros. Si esto es serio para cualquier cristiano, mucho más lo es para aquéllos que buscan persuadir a otros a seguir a Dios. Un líder debe ser creíble; para ser creíble debe ser confiable; y para ser confiable debe ser íntegro.
En Números 14:20-24 vemos que Dios, quien conoce los corazones, al dictar sentencia no pudo calificarlos a todos de la misma manera. La integridad de Caleb hizo toda la diferencia. El término de todo corazón que el escritor usa podría traducirse con los sinónimos: sinceridad e integridad. La relación personal de Caleb con Dios no era algo de conveniencia ni era falsa, sino completamente genuina. Su amor por Dios no era fingido. El amor a Dios es la esencia de nuestra vocación y Él conoce la sinceridad de nuestras intensiones. Caleb era un hombre íntegro.
Si la integridad es fundamental en todo liderazgo, ¿cómo entonces se define? El diccionario de la lengua española define la palabra integridad como: "entero; completo; que no está dividido interiormente; incorruptible". Esto quiere decir que el portador de estas cualidades tiene ideas íntegras, es moral, sincero, honesto, digno de confianza y en él hay fidelidad. Cuando aplicamos la integridad a nuestra relación con Dios y a Su servicio, enfatizamos que no debe haber diferencias entre lo que decimos y nuestra conducta.
Escrituras
Acerca de este Plan
Aunque asumimos que en nuestras iglesias «todo se hace bien», la realidad es que no hay lugar alguno inmune a la mala conducta. Es importante fortalecer la integridad de nuestros líderes y crear una cultura de ética en nuestros medios. Este plan te enseñará el camino hacia la integridad, lo cual es fundamental en el liderazgo y la vida cristiana.
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Nos gustaría agradecer a Josué Serpas (y Pamela Praniuk) de la Iglesia de Dios de la Profecía, en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.iglesiadediosprofecia.com y www.elcentronetwork.com