Corazón, Alma Y Mente: Vive El Gran MandamientoMuestra
“Amarás al Señor tu Dios con toda tu MENTE…”: La mente es un ente profundo y complicado, donde nace el intelecto y los pensamientos, es emergente y autorregulable (es capaz de traer pensamientos por sí misma, en automático), posee un proceso corporizado (necesita del cerebro y del cuerpo para aprender) y posee también un proceso relacional (aprende constantemente del ambiente y las personas que nos rodean).
Al estudiar la Biblia, podemos llegar a dos conclusiones sobre este ente tan increíble que tenemos dentro de nosotros:
- No podemos confiar en nuestra mente (Génesis 6:5 y Jeremías 17:9), ya que al igual que nuestro corazón, se dirige automáticamente hacia el mal.
- Dios conoce y prueba nuestra mente (Jeremías 17:10). Nuestra mente no es tan privada como nosotros pensamos.
Un proverbio famoso dice: “Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un destino”.
Entonces, si nuestros pensamientos eventualmente determinan nuestro destino, y ellos automáticamente van hacia el mal y todo en nuestro entorno ayuda a que se continúen “alimentando” de lo malo, ¿Cómo entonces logramos cuidar nuestra mente para que ame a Dios con todo lo que es, y de paso, que nuestra vida y destino sean un éxito?
¡Romanos 12:2 tiene la respuesta!
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente, así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. (Romanos 12:2)
Nos hemos acostumbrado y establecido a una forma de vivir nuestra vida constante, que se vive de manera automática y todo lo que nos rete a cambiar esos hábitos establecidos, nos saca de la zona de confort. Por el contrario, tener una determinación persistente a cambiar nuestros patrones de pensamiento, saber que nuestros pensamientos no son el resultado de lo que hacemos, pero sí son el principio, es lo que nos ayudará a cambiar cosas que nos parecen imposibles. Pero debemos entender que el cambio es el resultado de muchas repeticiones.
Hábito para amar a Dios con toda nuestra mente: Intercambiemos lo que entra automáticamente a nuestra mente por la Palabra de Dios. Haga una limpia en sus redes sociales, música, series de televisión, libros, videojuegos y demás (todo lo que entra automáticamente por su vista y oídos) y pregúntese:
- Esta persona, canción, serie, libro, videojuego ¿me ayuda a sentirme mejor?
- Lo que me informa, ¿va de acuerdo con lo que Dios me dice en la Biblia?
- ¿Realmente está generando un impacto positivo en mi vida, en mi matrimonio o relaciones seguir a esta persona?
Intercambie diez minutos de redes sociales por diez minutos de oración o lectura de la Biblia. Cambie su emisora de radio normal en el carro por una lista de música cristiana o un podcast que lo edifique. En vez de ver Netflix cada noche los cinco días de la semana, cambie una noche y lea un libro de la Biblia con su familia. Vaya poco a poco, pero sea intencional con su mente, no se amolde a este mundo, renuévela con la verdad y sabiduría de Dios.
Acerca de este Plan
Este plan es adaptado del libro “Corazón, Alma y Mente” por Rebeca Conejo Solano. En cinco días profundizaremos en esas tres áreas: el CORAZÓN, el ALMA y la MENTE, las cuales Jesús mencionó cuando dio el Gran Mandamiento. A partir de ahí veremos hábitos que nos ayudarán no sólo a entender mejor este mandato, que resume toda la ley, sino también a vivirlo.
More
Nos gustaría agradecer a Rebeca Conejo Solano por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/corazonalmaymentecr/