Honrando a DiosMuestra

Hoy veremos la segunda área en la que podemos honrar a Dios y es con nuestro cuerpo (aquí quisiera englobar a nuestro cuerpo físico y nuestra mente).

Muchas veces olvidamos que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y debemos de cuidarlo y darle un buen mantenimiento.

Hay un comentario que me dicen en la iglesia: “Tú no pareces pastor, porque no estas gordito". Como si un requisito para ser pastor es ser gordito; así puedo poner muchos ejemplos de estereotipos. La verdad es que, muchos pastores han tenido parte de culpa para que ya sea un estereotipo. Otra frase es: “Los cristianos no bebemos, pero como comemos” y parece que esto nos da derecho a comer sin fin. Con esto no quiero decir que está mal o es pecado tener un poco de sobrepeso ya que sé de personas que por alguna enfermedad lo tiene o el caso contrario por enfermedad no pueden subir de peso.

Lo que quiero que medites es qué tanto cuidas tu cuerpo y tu mente, ¿tienes buenos hábitos? ¿Haces ejercicio, vas al médico, dentista, ginecólogo, urólogo, etc.? ¿Tienes buenos hábitos alimenticios?

Y por otra parte cómo alimentas tu mente, ¿qué estás leyendo, viendo y oyendo? O, ¿qué no estás leyendo, viendo y oyendo? Esa película, serie, video, tik tok, es de edificación o te contaminó.

Pablo nos dice una verdad, el templo de Dios, el cual eres tú, SANTO ES. No lo contaminemos, cuidémoslo ya que somos mayordomos de nuestro cuerpo y se nos ha de pedir cuentas de este.

Un hombre que cuida su cuerpo (físico y mente) es un hombre que HONRA a Dios.