La Serie De Las 4 Criaturas Vivas Parte 3: El HombreMuestra

Hijo de David

David es conocido por ser el rey más grande de todos los tiempos, sin embargo, su vida estuvo plagada de una ética cuestionable. Desde su nacimiento hasta su lecho de muerte, la vida de David estuvo llena de controversias. Pastor, pero guerrero. Un rey, pero adúltero. Un hombre conforme al corazón de Dios, pero incapaz de construir Su templo. La vida de David fue dicotómica y llena de elementos opuestos. Con el paso del tiempo, Jesús viene a la tierra en forma de bebé, y un ciego se refiere a Él como el "Hijo de David". Aunque David y Jesús tienen el mismo linaje, ¿no podría habérsele considerado hijo de otra persona? ¿Por qué David?

David fue un hábil hombre de guerra y tuvo muchas victorias conocidas. Ya fuera luchando contra un gigante, o contra un león, David exhibió el poder de Dios en la batalla. Por mucho que fuera un ágil guerrero, toda su vida fue un testamento de las misericordias de Dios. Sabía que todo lo que había conseguido en la vida era resultado de la gracia de Dios. No merecía el trono, pero debido a su corazón por Dios, el Señor lo honró. David también utilizó su poder e influencia para ver a quién podía elevar. Su posición no le hizo estar hambriento de más poder, sino que supo humillarse ante Dios. El hecho de que Jesús sea llamado "hijo de David" no es una mera función de su genealogía, sino que tiene el mismo atributo de ser Alguien que eleva a los oprimidos. Aunque es un Rey, no está tan alejado de la difícil situación del hombre como para no sentir nuestro dolor cuando clamamos. Él es compasivo porque sabe lo que se siente cuando tienes todo en contra. Como David, Él sabe lo que significa nacer de circunstancias controvertidas. Sin embargo, se pone a disposición de los más débiles.

Si reconocemos que nuestras vidas están a merced de Dios, abrazaremos la humildad. Todos estamos a la altura de la gloria de Dios, independientemente del nivel de éxito que creamos haber obtenido. Seamos compasivos y esforcémonos por levantar a los que están luchando. Procura mostrarles honor y apoyo. De este modo, expresarás el verdadero y genuino amor de Cristo.