30 Días Derrotando Al Archienemigo De Nuestras Finanzas (Mammón)Muestra

DURMIENDO EN LA TORMENTA

Jesús durmió en medio de la tormenta. Demostró que sabía Quién le cuidaba. Quien confía en el cuidado de Dios sabe que Él cuida de los suyos. ¿Estás atravesando una tormenta financiera? Aquel que calma las tormentas financieras puede también calmar esta. ¿Has estado alguna vez cerca de alguien que lo ha perdido todo? Yo sí, unas cuantas veces. Se siente como si no hubiera más suelo. Y en los días así, la mejor opción es recurrir a Dios. El consuelo para la frustración de la pérdida puede trasladarse a otras personas, pero la ayuda más eficaz vendrá del Señor. A quién nos dirigimos en tiempos difíciles revela mucho sobre dónde está nuestra confianza. En días de tormenta financiera, detente, respira hondo y accede al Padre. Necesitarás discernimiento y sabiduría para afrontar la situación. La desesperación no te lleva a ninguna parte.

En las tormentas, Mammón tratará de que encuentres una camino más "corto" y su manera puede empeorar las cosas. ¿Recuerdas la tentación de Jesús? En ese momento, Él estaba en Su límite. El Diablo le sugirió que convirtiera la piedra en pan y aliviara su sufrimiento, pero Él replicó: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). En otras palabras, Jesús sabía que, desde una perspectiva mayor y más importante, la atención principal procedía de Su Padre. Esto es tan cierto que, después de las tentaciones, los ángeles vinieron y sirvieron a Jesús.

¿Y tú? Aunque la presión sea alta o casi insoportable, cree que tu sustento vendrá del Padre Celestial, una vez más. Él actuará y traerá el escape. Aunque pierdas algo importante, aún no ha terminado, el favor del Padre se manifestará. ¡Duerme en paz! Aprende a descansar en medio de la tormenta. Es una señal de autoridad y confianza. ¡Haz la prueba!

Comprende que: Si tenemos paz en medio de las tormentas financieras, aumentaremos nuestra confianza en el Padre y no cederemos a las opresiones de Mammón, que quiere llevarnos a la desesperación.