La Armadura de DiosEjemplo

Mente renovada

Lectura: Romanos 12:1–2

EOAO: Romanos 12:2

No os amoldéis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

En el Texto

Resulta fácil dejarse llevar por las costumbres del mundo y aquellas cosas que la sociedad considera importante. Como seguidoras de Cristo, tenemos al Espíritu Santo que vive en nosotras, transformando nuestras mentes con el poder de la Palabra de Dios. A medida que Él obra en nosotras, también nos ayuda a discernir la voluntad de Dios y a vivir una vida que le agrade.

La renovación de nuestras mentes implica estar intencionalmente en la Palabra de Dios. Es más que solo leerla de vez en cuando. Cuando queremos renovar nuestras mentes con la verdad, no solo debemos leer la Palabra de Dios, sino también memorizarla y aplicarla a nuestras vidas. La Palabra de Dios debe estar siempre influenciando nuestros pensamientos. En vez de mirar a la sociedad o a los medios sociales para recibir aprobación, debemos mirar a la Palabra de Dios y encontrar nuestro verdadero valor como hijas amadas del Rey de reyes.

Este proceso no ocurre de la noche a la mañana. Día a día, al reemplazar intencionalmente los viejos y destructivos patrones de pensamiento con aquellos enfocados en la verdad de quién es Cristo, encontramos nuestra verdadera identidad en Él.

Renovar nuestra mente debe ser una elección constante. Debemos pedir regularmente a Dios que nos transforme renovando nuestras mentes. Al renovar nuestra mente, Dios sana nuestras heridas más profundas. Pedir al Espíritu Santo que nos transforme diariamente cambia nuestro sentido del valor. Cuando eliminamos los patrones de pensamiento destructivos y los reemplazamos con la verdad de la Palabra de Dios, podemos discernir Su voluntad y vivir para Él. Eres amada y valorada, no por lo que has hecho, sino por quién eres.

Oración

Querido Señor Jesús, gracias por renovar mi mente con Tu Palabra. Ayúdame a sanar de cualquier patrón de pensamiento destructivo que haya tenido en mi pasado y ayúdame a reemplazarlo con Tu verdad, sabiendo que mi identidad y valor se encuentran en Ti. Amén.