PozoMuestra

Bienvenidos los pozos

Daniel fue un hombre que desde joven se jugó por Dios en todas sus decisiones y ahora le toca vivir una de sus tantas experiencias duras, ser echado en un foso por buscar a Dios y no a dioses ajenos.

Para muchos esta situación pareciera injusta frente a un hombre que entregó a Dios su fidelidad y ahora estaría siendo desamparado por el que lo guardaba desde el cielo. Esta es una mirada desde el llano de nuestra óptica humana pero la fe nos eleva a ver que “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, a los que son llamados conforme a su propósito”.

Dios no se olvidó de Daniel por cierto, sino que lo estaba llevando a cumplir su propósito para el cual había sido llamado. Debemos saber que los pozos son parte de nuestra vida y que de ellos podemos salir más fuertes y crecidos para poder enfrentar los mayores desafíos que vendrán. Jesús lo dijo claramente “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".

Esas aflicciones no son mas que trampolines que Dios permitirá para ayudarnos a dar el gran salto que nos elevará a un nivel espiritual mayor y solo así cumplir su propósito en nosotros. Nuestros ojos ven el pozo como algo negativo mientras que si lo miramos con fe, eso “malo” a nuestra percepción, Dios lo usará para nuestro bien. Finalmente Dios guardó a Daniel y el Rey no solo se encargó de sus enemigos sino que por medio de este pozo Dios fue glorificado en todas las naciones y reinos.

Amigo lector, paz, Dios no te ha abandonado, el pozo de hoy día no te está haciendo retroceder sino más bien tomando carrera para el gran salto.

Oración: Dios perdón por no aprovechar los pozos que permitiste llegar a mi vida y por el contrario hundirme en la queja. Hoy asumo cada momento como parte de tu propósito en mí. En el nombre de Jesús, amén.