Más allá del dolor de la rupturaMuestra
"Puede que hayas fallado, pero Dios no"
La relación puede haber terminado debido a algún defecto o falla específica de carácter. Hay cosas sobre nosotros, quizás debilidades o patrones de comportamiento, que pueden descalificarnos para casarnos con alguien en particular. Pero eso no anula la gracia de Dios hacia ti.
El pecado en las relaciones es lo más visible y doloroso. Mientras que mutuamente nos permitimos intimar más y más en nuestras vidas y corazones, es más fácil que el pecado se muestre y dañe a la otra persona más profundamente. En la medida adecuada, es el riesgo bueno y apropiado de todo compañerismo cristiano. Mientras más las personas intiman, y esto es algo que necesitamos en una verdadera comunidad cristiana, nuestro pecado se vuelve inevitablemente más peligroso. Es más probable que nuestro desastre afecte a otros y viceversa.
Pero quien quiera que haya fallado en tu ruptura, no fue Dios. Gracias a Jesús, sus promesas de nunca dejarte u olvidarte son reales en todo momento y en cualquier estado de una relación. Si estás confiando en que Cristo perdonará tu pecado y estás dispuesto a seguirle a Él y a su palabra, Dios nunca te abandonó y jamás lo hará. Dios no dejó de amarte durante tu ruptura, incluso si tú eres la razón por la que se terminó. Sus propósitos son más grandes que tus errores.
La relación puede haber terminado debido a algún defecto o falla específica de carácter. Hay cosas sobre nosotros, quizás debilidades o patrones de comportamiento, que pueden descalificarnos para casarnos con alguien en particular. Pero eso no anula la gracia de Dios hacia ti.
El pecado en las relaciones es lo más visible y doloroso. Mientras que mutuamente nos permitimos intimar más y más en nuestras vidas y corazones, es más fácil que el pecado se muestre y dañe a la otra persona más profundamente. En la medida adecuada, es el riesgo bueno y apropiado de todo compañerismo cristiano. Mientras más las personas intiman, y esto es algo que necesitamos en una verdadera comunidad cristiana, nuestro pecado se vuelve inevitablemente más peligroso. Es más probable que nuestro desastre afecte a otros y viceversa.
Pero quien quiera que haya fallado en tu ruptura, no fue Dios. Gracias a Jesús, sus promesas de nunca dejarte u olvidarte son reales en todo momento y en cualquier estado de una relación. Si estás confiando en que Cristo perdonará tu pecado y estás dispuesto a seguirle a Él y a su palabra, Dios nunca te abandonó y jamás lo hará. Dios no dejó de amarte durante tu ruptura, incluso si tú eres la razón por la que se terminó. Sus propósitos son más grandes que tus errores.
Acerca de este Plan
Las rupturas son dolorosas e incómodas, y muchos de nosotros tendremos que caminar este oscuro y solitario camino. Para mí, es una de las cosas más difíciles sobre las que escribir o hablar: el dolor de la intimidad que no llegó al matrimonio. Así que aquí hay nueve lecciones para crear esperanza y amar a otros cuando se termina un “casi matrimonio”.
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Nos gustaría agradecer a Marshall Segal, gerente editorial en desiringGod.org en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.desiringGod.org www.elcentronetwork.com