Confianza en la oraciónMuestra

Confianza en la oración

Juan quiere que entendamos la confianza que el pueblo de Dios tiene en la oración: «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho» (1 Juan 5:14-15). Dividamos estos versículos en tres partes.

Primero, tenemos confianza como pueblo de Dios de que cuando oramos, Dios nos escucha. Dios quiere que sepamos que cuando un hijo de Dios ora, Él escucha. Dios es receptivo. Dios concede favor a las oraciones de su pueblo. ¿Tienes siempre esa confianza? Lo que sea que te haya estado preocupando, lo que sea que hayas estado llevando ante el trono de la gracia de Dios, lejos de ser indiferente a lo que estás orando, ¡tienes el oído de Dios! Si crees eso, esa estu confianza.

Segundo, Juan dice que cuando Dios nos escucha, tenemos las peticiones que le hemos hecho. Lo que le has pedido al Señor, lo tienes. Así es como está redactado el versículo: «Sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho» (versículo 15). No es que lo vayas a tener, sino que ya lo tienes. Es concedido. Algunas de las cosas que pedimos, de acuerdo con la voluntad de Dios, las tenemos inmediatamente. Pero de otras, la respuesta no llega instantáneamente; viene más adelante en el camino. Oras de acuerdo con las Escrituras, sabes que has pedido de acuerdo con la voluntad de Dios, y sin embargo, la respuesta que parece demorada eventualmente se revela.

La tercera cosa que debemos comprender es que hay una condición para la oración contestada: cuando oro de acuerdo con la voluntad de Dios, tengo lo que he pedido. Juan escribe que nuestra confianza es que cuando oramos, Dios nos escucha; cuando Él nos escucha, tenemos lo que pedimos, pero esto sólo es cierto cuando pedimos de acuerdo con su voluntad. Puedes ser un hijo de Dios, pero si pides cosas que no están de acuerdo con la voluntad de Dios, Él no las concederá porque Él es un buen Padre. Confía en su amor por ti y espera pacientemente a que Él revele la respuesta a tu oración.