Zona HostilMuestra

Peligro

Quería entrar en calor y llevarte conmigo a un mundo que no está muy lejos de nuestra realidad. Algunas de las características distintivas de nuestra generación son similares a las que narran las Escrituras desde el principio de la creación. Pero antes de continuar:

• ¿Sabías qué aproximadamente el 35% de las mujeres y el 9% de los hombres en todo el mundo han experimentado algún tipo de violencia?
• Alrededor del 30% de las mujeres y el 7% de los hombres han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja íntima.
• La violencia entre jóvenes es una de las principales causas de muerte entre adolescentes y adultos jóvenes, afectando tanto a hombres como a mujeres.

El común denominador en cada una de estás estadísticas y que por cierto, aún faltan muchos datos más, tienen el nombre de violencia. Y es que realmente este deseo de venganza, maldad o de oscuridad es algo que está intrínseco en la naturaleza caída del ser humano.

Lo cierto es que la Biblia nos muestra la posición de Dios ante este tipo de comportamientos que van en contra de su naturaleza amorosa. La violencia en todas sus facetas o extensiones será siempre una razón suficiente para que Dios mismo tome cartas en el asunto.

Nunca había tenido tanto sentido para mí la frase “Imagen de Dios” hasta que leyendo en casa de mis padres, me encontré con unos de los versículos más reveladores que alguna vez hubiera leído hasta ese momento. Uno de mis mayores deseos siempre ha sido promover y conversar sobre la intervención de Dios respecto a nuestras necesidades, pero pasé por alto la inquietud que le provoca a Dios cuando se daña o atenta de forma directa o indirecta la imagen del hombre. Es la sangre inocente derramada en tierra, la que grita fuertemente: ¡Justicia!

Todo acto e intención violenta hará que Dios juzgue los hechos que sucedan (Prov 21:7) .

La maldad ya existía, existe y lamentablemente siempre existirá. Pero debemos entender la severidad y el grado de dolor que provoca esto, no solo en quienes habitamos esta tierra, sino en la herida que provoca en el corazón de Dios.

Remontemos a la “Ciudad Prohibida” que nos muestra el Génesis en el capítulo 6.

El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo. Entonces el Señor lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón (Génesis 6:5-6).

¿Por qué resulta tan doloroso para Dios este instante de la historia?

La Escritura menciona que existía tal depravación y maldad en la tierra que esto le dolía el corazón. Pero no fue sino hasta que el escritor de Génesis hace énfasis en la razón principal por la cuál Dios mismo intervino.

Entonces Dios le dijo a Noé: «He decidido destruir a todas las criaturas vivientes, porque han llenado la tierra de violencia. Así es, ¡los borraré a todos y también destruiré la tierra!
(Génesis 6:13).

¿Cuál fue la razón?

“...Los borraré a todos y destruiré la tierra… Porque han llenado la tierra de violencia".

Es impresionante ver el potencial destructor que tiene el ser humano cuando permite que sus diferencias puedan dañar toda relación con su prójimo.

Quiero que hoy podamos analizar el valor que tiene la imagen del hombre en la perspectiva de Dios. Esto nos ayudará a entender la intención detrás de la decisión de Dios al destruir la tierra del inicio de la creación.

Significamos mucho para Dios y su cuidado siempre vendrá a nuestro favor cuando lo requerimos.

Hoy te invito a reflexionar en lo siguiente:

1. Dios ama la humanidad y está dispuesto a lo que sea por el cuidado de la raza humana y para preservarla en integridad.
2. Todo acto de violencia, cualquiera que sea, ofende la imagen de Dios reflejada en nosotros.
3. Dios ama a tal magnitud que intervendrá de ser necesario.
4. Dios conoce tu dolor y tus penurias.

Después de todo, Él es el guardián de la ciudad...