El Padre Se Alegra Por TiMuestra

Génesis 48:5-6 NVB

"A tus dos hijos, Efraín y Manasés, que te nacieron antes de que yo llegara a esta tierra, los adopto como hijos míos. Ellos recibirán parte de mi herencia tal como lo harán Rubén y Simeón".

Un acto de adopción es una demostración de amor sublime.

En el tiempo antiguo en Israel, para dar en adopción a un niño, el padre adoptivo debía tomar al niño y colocarlo sobre sus rodillas, indicando que ahora le pertenecía. Para Jacob era todo un honor y una muestra de amor hacia su hijo José, el tomar a Efraín y Manasés como hijos propios para él.

Era tan grande el amor que sentía hacia los hijos de José, que quiso tomarlos en adopción, darles una parte de la herencia directamente a ellos, y darle su apellido también.

¡Así eres tú! ... ¡Así se siente Dios contigo! Para Dios es importante que seas traído ante Su presencia y simplemente Su sonrisa y Sus ojos iluminados lo dicen todo. Dios nos toma en adopción, pero más que llenar papeles, nos coloca sobre Sus rodillas y le dice a este mundo: "Antes que te viniese a ti a la tierra, míos son" (v:5).

Jacob está emocionado de darles herencia directa a él, de darles su apellido y de expresarles todo el amor que no pudo darle a José durante su tiempo de extranjero.

Tal cual la emoción del Padre Celestial es tan grande que ya quiere mostrarte todo lo que es tuyo, y quiere que todos sepan que ahora eres Su hijo. José puede representar a aquellos que no pudieron disfrutar de la comunión directa con el Padre, porque esta comunión sería accesible mediante la cruz del calvario y la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Cuando Jesús rompió el velo que nos separaba de nuestro Padre Celestial, pudimos verle de nuevo a Dios. Así como Jacob le pregunta a Jesús: ¿Quiénes son estos? Y Jesús le dice: Son los que yo compre mediante mi sangre.
El Padre Celestial: Tráelos aquí que yo los bendeciré.

En el versículo 10 dice: " Les hizo, pues acercarse, los beso y los abrazo".

¿Hace cuánto has querido un abrazo de tu Padre? Pues créeme que Su abrazo es evidente en ti ahora, y puedes sentir como te bendice mientras te abraza.

En este devocional quiero detallar a nuestro Padre Celestial, no a nosotros, porque se merece que se escriba de Él y que se le honre siempre.

Papá Dios está emocionado de que ahora no pertenezcas a este mundo, y seas suyo, está feliz de tenerte cerca y en sus brazos, está sonriendo mientras te tiene cerca de Él. Habla de algunas cosas que haces y que se parecen mucho a Él, Su alegría es tan grande que te presume en el cielo.

¡Así es Él! Tenemos al mejor Papá, fuimos separados de un apellido simple y carnal, y Dios nos concedió un mejor nombre.
¡Así es Él! Papá nunca se cansará de tenernos en Sus brazos.