El Proceso Del PecadoMuestra

MUERTOS EN ESPÍRITU

En el día de ayer pudimos descubrir que el aceptar la información, nuestra concupiscencia “concibe” y ya no hay posibilidades de que esto vuelva atrás, y todo lo que es concebido luego se da a luz. Una vez recepcionada la idea en nuestra mente el pecado ya está en nosotros y después de dar a luz el pecado, se da a luz la muerte. Seguramente te preguntaras: ¿Cómo puede haber pecado si no hay ningún acto de mi parte? Y creo que este ejemplo va a ser de ayuda para traer claridad. Jesús dijo en Mateo 5:27-28: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". Notemos que Jesús profundiza el tema del pecado al punto que este no es necesario cometerlo con el cuerpo, sino que ya ocurre cuando “codicia el corazón”. La codicia ocurre en el corazón y es el resultado de los ojos que vieron (sensores informaron) e imaginaron el adulterio con la otra persona (anido o acepto esa idea) y ya cuando se da a luz este pecado en el corazón, luego se exterioriza o da a luz la muerte espiritual, es decir la ruptura de la comunión con Dios. Queridos lectores es trágico llegar a estas instancias porque nada podemos hacer para que esto no ocurra, pero lo que sí debe urgir en nosotros, ya que sabemos que somos pecadores, es arrepentirnos inmediatamente. Para traer esperanza en este oscuro escenario quiero decirte que:“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9/RVR1960).

Definitivamente el secreto de una vida espiritual libre de la esclavitud del pecado está en recibir a Jesús, permanecer en Él y saber seleccionar todo lo que este dando vueltas en nuestras mentes conforme a la Palabra de Dios.

Oración: Padre hoy pido tus fuerzas en mi mente y corazón, sabiendo que son las áreas donde el enemigo apunta para quebrantar mi voluntad y así aceptar esos malos y destructivos deseos. Espíritu Santo haz una coraza en mi mente y corazón guiándome a toda verdad. En el nombre de Jesús, amén.