Un lugar para refugiarse

Hay momentos en la vida en que todo parece estar en nuestra contra. Las dificultades se multiplican, las fuerzas disminuyen y nos llenamos de angustia. Buscamos refugio en personas o actividades que pensamos que pueden darnos un alivio para calmar nuestro dolor; sin embargo, al poco tiempo comprobamos que el sufrimiento aún persiste.

En cambio, Ezequías no buscó un alivio humano, sino que al recibir malas noticias, se fue directamente al templo para hablar con Dios. Sabemos que en definitiva Él es el único que pude cambiar cualquier situación, restaurar nuestras vidas y ayudarnos a superar nuestras dificultades.

Por lo tanto, en tiempo de crisis y más que nunca, ve a tu congregación, no dejes de asistir, habla con Dios, ábrele tu corazón y permítele que cure las heridas que las tempestades te han causado.