iD - Nuestra Nueva IdentidadMuestra
Un cuerpo, un espíritu
“Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Efesios 4:3 NVI).
El punto central de esta frase es “la unidad del Espíritu”. Este es el punto focal del mandato a esforzarnos que constituye Efesios 4:3.
Los dos versículos anteriores dicen: «Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor» (Efesios 4:1-2 NVI)
La manera digna de vivir el llamamiento que hemos recibido a la unidad se expresa en una actitud básica de humildad, amabilidad, paciencia y tolerancia. Estas a su vez surgen del amor derramado en nuestros corazones.
Entonces viene el mandato: “Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz” (Efesios 4:3).
Y añade:
«Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza» (v.4).
El Espíritu Santo que está en mí y el que está en ti es el mismo. No son dos Espíritus Santos, uno en ti y otro en mí. Es una sola Persona que está en ti y que está en mí al mismo tiempo. Esto nos une de la manera más vital y profunda.
Además, al tener el mismo Espíritu tú y yo, y todos los creyentes del mundo, somos un solo cuerpo. Los seres humanos tenemos un cuerpo y un Espíritu. Si tú y yo, y todos los demás creyentes, tenemos un espíritu entonces somos un cuerpo. Sí, en el sentido más real y más profundo y más permanente no somos millones de creyentes con millones de cuerpos. Somos un solo cuerpo con un solo Espíritu.
Y concluye esta primera sección: «...un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos» (v.5-6).
Esta última frase lo llena todo: El Dios Único está sobre todos, abarcándonos; y por medio de todos, enlazándonos como el hilo en un collar de perlas; y en todos, llenándonos al mismo tiempo. Y todo esto es por medio del Espíritu Santo.
Esta es una realidad en extremo fascinante y debería constituir una revelación que nos lleve a esforzarnos por mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestra verdadera Identidad en Cristo está formada por una serie de convicciones fundamentales. En los próximos cinco días veremos cinco verdades que nos ayudarán a vivir una vida plena y fructífera. Van desde lo individual hasta nuestra identidad como iglesia local y como parte de agrupaciones de iglesias que colaboran y alcanzan juntas al mundo.
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Nos gustaría agradecer a IPV por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.ipv.org.mx/