¿Qué quieres que haga por ti?

En Lucas 18:40-43, leemos cómo un ciego clamó a Jesús pidiendo misericordia y sanidad. Cuando Jesús escuchó su petición, se detuvo y ordenó que le trajeran al hombre. Pero lo que sucedió a continuación es lo que realmente captura mi atención.

Imagínate por un momento estar en la piel de ese ciego, desesperado por recibir la vista. Jesús se acerca a ti y te hace una pregunta directa: "¿Qué quieres que haga por ti?". Es una interrogante sencilla, pero detrás de ella se esconde un profundo significado.

Esta pregunta de Jesús nos lleva a reflexionar sobre nuestras propias peticiones a Dios. ¿Estamos pidiendo a Dios lo que realmente necesitamos o simplemente lo que queremos en el momento? ¿Estamos buscando una verdadera transformación en nuestra vida o simplemente una solución temporal a nuestros problemas?

Es fácil caer en la trampa de buscar a Dios para satisfacer nuestros deseos y necesidades inmediatas. Sin embargo, Jesús nos invita a ir más allá de eso. Nos desafía a evaluar nuestras peticiones y a alinearnos con la voluntad de Dios. ¿Estamos buscando en línea con sus propósitos y planes para nuestra vida?

A menudo, nuestras peticiones pueden estar influenciadas por nuestros propios deseos egoístas y limitados. Pero Jesús quiere llevarnos a un nivel más profundo de relación con Él, donde nuestras peticiones estén en sintonía con su voluntad perfecta.

Te animo a que evalúes tus peticiones a Dios. ¿Estás buscando verdaderamente su dirección y transformación en tu vida? ¿Estás dispuesto/a a confiar en su sabiduría y en lo que Él sabe que es lo mejor para ti?

A medida que reflexiones sobre estas preguntas, recuerda que Dios conoce cada detalle de tu vida. Él te ama profundamente y desea lo mejor para ti. No temas abrir tu corazón a Él y pedirle en línea con su voluntad, sabiendo que su respuesta siempre será para tu bien y su gloria.

Preguntas de reflexión:

• ¿Cuáles son algunas de las cosas que has estado pidiendo a Dios últimamente?
• ¿Crees que estás pidiendo lo que realmente necesitas o simplemente lo que quieres en el momento?
• ¿Estás dispuesto/a a alinearte con la voluntad de Dios y pedirle que haga lo que Él considera mejor para ti?
• ¿Confías en que Dios responderá a tus oraciones de acuerdo a su voluntad?