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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch39" data-usfm="ISA.39">
 <div class="label">39</div><div class="s">Ezequ&#237;as recibe a los enviados de Babilonia</div><div class="r">(2 R. 20.12-19; 2 Cr. 32.27-31)</div><div class="p"> 1En aquel tiempo Merodac-balad&#225;n hijo de Balad&#225;n, rey de Babilonia, envi&#243; cartas y presentes a Ezequ&#237;as; porque supo que hab&#237;a estado enfermo, y que hab&#237;a convalecido. 2Y se regocij&#243; con ellos Ezequ&#237;as, y les mostr&#243; la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ung&#252;entos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequ&#237;as no les mostrase. 3Entonces el profeta Isa&#237;as vino al rey Ezequ&#237;as, y le dijo: &#191;Qu&#233; dicen estos hombres, y de d&#243;nde han venido a ti? Y Ezequ&#237;as respondi&#243;: De tierra muy lejana han venido a m&#237;, de Babilonia. 4Dijo entonces: &#191;Qu&#233; han visto en tu casa? Y dijo Ezequ&#237;as: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay en mis tesoros que no les haya mostrado.</div><div class="p"> 5Entonces dijo Isa&#237;as a Ezequ&#237;as: Oye palabra de Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos: 6He aqu&#237; vienen d&#237;as en que ser&#225; llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedar&#225;, dice Jehov&#225;. 7De tus hijos que saldr&#225;n de ti, y que habr&#225;s engendrado, tomar&#225;n, y ser&#225;n eunucos en el palacio del rey de Babilonia.#2 R. 24.10-16; 2 Cr. 36.10; Dn. 1.1-7. 8Y dijo Ezequ&#237;as a Isa&#237;as: La palabra de Jehov&#225; que has hablado es buena. Y a&#241;adi&#243;: A lo menos, haya paz y seguridad en mis d&#237;as.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch40" data-usfm="ISA.40">
 <div class="label">40</div><div class="s">Jehov&#225; consuela a Sion</div><div class="p"> 1Consolaos, consolaos, pueblo m&#237;o, dice vuestro Dios. 2Hablad al coraz&#243;n de Jerusal&#233;n; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehov&#225; por todos sus pecados.</div><div class="p"> 3Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehov&#225;; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.#Mt. 3.3; Mr. 1.3; Jn. 1.23. 4Todo valle sea alzado, y b&#225;jese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo &#225;spero se allane. 5Y se manifestar&#225; la gloria de Jehov&#225;, y toda carne juntamente la ver&#225;; porque la boca de Jehov&#225; ha hablado.#Lc. 3.4-6.</div><div class="p"> 6Voz que dec&#237;a: Da voces. Y yo respond&#237;: &#191;Qu&#233; tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. 7La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehov&#225; sopl&#243; en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8S&#233;case la hierba, march&#237;tase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.#Stg. 1.10-11; 1 P. 1.24-25.</div><div class="p"> 9S&#250;bete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusal&#233;n; lev&#225;ntala, no temas; di a las ciudades de Jud&#225;: &#161;Ved aqu&#237; al Dios vuestro! 10He aqu&#237; que Jehov&#225; el Se&#241;or vendr&#225; con poder, y su brazo se&#241;orear&#225;; he aqu&#237; que su recompensa viene con &#233;l, y su paga delante de su rostro.#Is. 62.11; Ap. 22.12. 11Como pastor apacentar&#225; su reba&#241;o; en su brazo llevar&#225; los corderos, y en su seno los llevar&#225;; pastorear&#225; suavemente a las reci&#233;n paridas.</div><div class="s">El incomparable Dios de Israel</div><div class="p"> 12&#191;Qui&#233;n midi&#243; las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos junt&#243; el polvo de la tierra, y pes&#243; los montes con balanza y con pesas los collados? 13&#191;Qui&#233;n ense&#241;&#243; al Esp&#237;ritu de Jehov&#225;, o le aconsej&#243; ense&#241;&#225;ndole?#Ro. 11.34; 1 Co. 2.16. 14&#191;A qui&#233;n pidi&#243; consejo para ser avisado? &#191;Qui&#233;n le ense&#241;&#243; el camino del juicio, o le ense&#241;&#243; ciencia, o le mostr&#243; la senda de la prudencia? 15He aqu&#237; que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aqu&#237; que hace desaparecer las islas como polvo. 16Ni el L&#237;bano bastar&#225; para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17Como nada son todas las naciones delante de &#233;l; y en su comparaci&#243;n ser&#225;n estimadas en menos que nada, y que lo que no es.</div><div class="p"> 18&#191;A qu&#233;, pues, har&#233;is semejante a Dios, o qu&#233; imagen le compondr&#233;is? 19El art&#237;fice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. 20El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.</div><div class="p"> 21&#191;No sab&#233;is? &#191;No hab&#233;is o&#237;do? &#191;Nunca os lo han dicho desde el principio? &#191;No hab&#233;is sido ense&#241;ados desde que la tierra se fund&#243;? 22&#201;l est&#225; sentado sobre el c&#237;rculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; &#233;l extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23&#201;l convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. 24Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido ra&#237;z en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25&#191;A qu&#233;, pues, me har&#233;is semejante o me comparar&#233;is? dice el Santo. 26Levantad en alto vuestros ojos, y mirad qui&#233;n cre&#243; estas cosas; &#233;l saca y cuenta su ej&#233;rcito; a todas llama por sus nombres; ninguna faltar&#225;; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.</div><div class="p"> 27&#191;Por qu&#233; dices, oh Jacob, y hablas t&#250;, Israel: Mi camino est&#225; escondido de Jehov&#225;, y de mi Dios pas&#243; mi juicio? 28&#191;No has sabido, no has o&#237;do que el Dios eterno es Jehov&#225;, el cual cre&#243; los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29&#201;l da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30Los muchachos se fatigan y se cansan, los j&#243;venes flaquean y caen; 31pero los que esperan a Jehov&#225; tendr&#225;n nuevas fuerzas; levantar&#225;n alas como las &#225;guilas; correr&#225;n, y no se cansar&#225;n; caminar&#225;n, y no se fatigar&#225;n.</div>
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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch41" data-usfm="ISA.41">
 <div class="label">41</div><div class="s">Seguridad de Dios para Israel</div><div class="p"> 1Escuchadme, costas, y esfu&#233;rcense los pueblos; ac&#233;rquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. 2&#191;Qui&#233;n despert&#243; del oriente al justo, lo llam&#243; para que le siguiese, entreg&#243; delante de &#233;l naciones, y le hizo ense&#241;orear de reyes; los entreg&#243; a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? 3Los sigui&#243;, pas&#243; en paz por camino por donde sus pies nunca hab&#237;an entrado. 4&#191;Qui&#233;n hizo y realiz&#243; esto? &#191;Qui&#233;n llama las generaciones desde el principio? Yo Jehov&#225;, el primero, y yo mismo con los postreros. 5Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. 6Cada cual ayud&#243; a su vecino, y a su hermano dijo: Esfu&#233;rzate. 7El carpintero anim&#243; al platero, y el que alisaba con martillo al que bat&#237;a en el yunque, diciendo: Buena est&#225; la soldadura; y lo afirm&#243; con clavos, para que no se moviese.</div><div class="p"> 8Pero t&#250;, Israel, siervo m&#237;o eres; t&#250;, Jacob, a quien yo escog&#237;, descendencia de Abraham mi amigo.#2 Cr. 20.7; Stg. 2.23. 9Porque te tom&#233; de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llam&#233;, y te dije: Mi siervo eres t&#250;; te escog&#237;, y no te desech&#233;. 10No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudar&#233;, siempre te sustentar&#233; con la diestra de mi justicia. 11He aqu&#237; que todos los que se enojan contra ti ser&#225;n avergonzados y confundidos; ser&#225;n como nada y perecer&#225;n los que contienden contigo. 12Buscar&#225;s a los que tienen contienda contigo, y no los hallar&#225;s; ser&#225;n como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13Porque yo Jehov&#225; soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.</div><div class="p"> 14No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehov&#225;; el Santo de Israel es tu Redentor. 15He aqu&#237; que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillar&#225;s montes y los moler&#225;s, y collados reducir&#225;s a tamo. 16Los aventar&#225;s, y los llevar&#225; el viento, y los esparcir&#225; el torbellino; pero t&#250; te regocijar&#225;s en Jehov&#225;, te gloriar&#225;s en el Santo de Israel.</div><div class="p"> 17Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca est&#225; de sed su lengua; yo Jehov&#225; los oir&#233;, yo el Dios de Israel no los desamparar&#233;. 18En las alturas abrir&#233; r&#237;os, y fuentes en medio de los valles; abrir&#233; en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. 19Dar&#233; en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondr&#233; en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, 20para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehov&#225; hace esto, y que el Santo de Israel lo cre&#243;.</div><div class="s">Dios reta a los falsos dioses</div><div class="p"> 21Alegad por vuestra causa, dice Jehov&#225;; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. 22Traigan, an&#250;nciennos lo que ha de venir; d&#237;gannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro coraz&#243;n en ello; sepamos tambi&#233;n su postrimer&#237;a, y hacednos entender lo que ha de venir. 23Dadnos nuevas de lo que ha de ser despu&#233;s, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qu&#233; contar, y juntamente nos maravillemos. 24He aqu&#237; que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominaci&#243;n es el que os escogi&#243;.</div><div class="p"> 25Del norte levant&#233; a uno, y vendr&#225;; del nacimiento del sol invocar&#225; mi nombre; y pisotear&#225; pr&#237;ncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero. 26&#191;Qui&#233;n lo anunci&#243; desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atr&#225;s, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; s&#237;, no hay quien ense&#241;e; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. 27Yo soy el primero que he ense&#241;ado estas cosas a Sion, y a Jerusal&#233;n dar&#233; un mensajero de alegres nuevas. 28Mir&#233;, y no hab&#237;a ninguno; y pregunt&#233; de estas cosas, y ning&#250;n consejero hubo; les pregunt&#233;, y no respondieron palabra. 29He aqu&#237;, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus im&#225;genes fundidas.</div>
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El Amor de Dios en IsaíasEjemplo

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