Proyecto Biblia | El Reino al revés / Parte 2 - HechosMuestra

En los capítulos tres y cuatro, Lucas nos enseña cómo el poder del Espíritu de Dios cambia radicalmente a los discípulos de Jesús para que compartan el Reino con valentía. Él comienza con una historia sobre los apóstoles de Jesús, Pedro y Juan, quienes curan a un hombre paralítico con el poder del Espíritu. Aquellos que ven el milagro se asombran y empiezan a ver a Pedro como si lo hubiera hecho él mismo. Sin embargo, Pedro incita a las multitudes a dar mérito solo a Jesús por este milagro y comparte la forma en que Jesús murió y resucitó para la reivindicación de todas las personas.

Pedro sabe que las personas en el templo eran las mismas que hicieron ejecutar a Jesús, entonces él aprovechó la oportunidad de invitarlas a cambiar de opinión sobre Jesús y ser perdonadas. Como resultado, miles creyeron en el mensaje de Pedro y empezaron a seguir a Jesús. Pero no todos. Los líderes religiosos estaban furiosos al ver que Pedro predica y cura en nombre de Jesús y arrestan a Pedro y a Juan allí mismo. Los líderes religiosos exigen que Pedro y Juan expliquen como el hombre paralítico empezó a caminar y cómo el Espíritu Santo empodera a Pedro para que comparta cómo Jesús es el único nombre que puede salvarlos. Los líderes religiosos se sienten desconcertados al oír el valiente mensaje de Pedro y observan la confianza de Juan. Ellos pueden ver cuánto cambiaron Pedro y Juan por Jesús y no pueden negar el milagro que ocurrió.

Lee, reflexiona y responde:

• Pedro es una persona nueva después de ser testigo de la resurrección de Jesús y de recibir el poder del Espíritu Santo. ¡Es increíble! Ahora, ¡compruébalo! Compara la respuesta de Pedro a quienes le interrogaron antes de recibir el Espíritu Santo (ver Lucas 22:54-62) con su respuesta después de recibir el Espíritu Santo (ver Hechos 4:5-14). Préstale atención a los detalles. Fíjate en las similitudes y diferencias entre las dos escenas. ¿Qué observas?

• ¿Cómo te ha cambiado Jesús a ti o a alguien que conozcas?

• Convierte tu lectura y reflexión en una oración. Habla con Dios sobre lo que te asombró, sé honesto sobre lo que necesitas e invítalo a que cambie tu vida.