Siete Días De EsperanzaMuestra

Job, es un nombre que no podemos omitir cuando hablamos de sufrimiento. Perdió su familia, sus pertenencias, su salud y su confort. Es un cuadro desconsolador ante el que cualquiera podría perder la razón y la confianza en Dios.

Si Dios me ama, ¿por qué sufrir? ¿Por qué lo permite? Son preguntas que encuentran su respuesta en la soberanía de Dios.

Cuando hablamos de la soberanía de Dios, nos referimos a que Dios gobierna como Rey en el más absoluto sentido de la palabra y todas las cosas dependen de Él y le sirven a Él.

Así que nuestro sufrimiento está en sus manos, Él lo ha permitido y es para un buen propósito. Las palabras de Job nos llevan a esa idea: Dios decide quitar y Dios decide dar.

El problema que está sucediendo en nuestras vidas, ha sido permitido por el Señor para forjar en nosotros el carácter de Cristo. A veces nos resistimos a creer esto cuando vemos a un familiar que amamos padeciendo una enfermedad o cuando nos hace falta la provisión económica. Pero, aunque las circunstancias nos quieran hacer tambalear debemos estar firme en esta verdad: Dios es nuestro Buen Pastor, y Él permite todo según su buena voluntad.

¡Confía en Él!

"Ve cómo Job mira por encima de los instrumentos y mantiene fijos sus ojos en la Primera Causa. Las aflicciones no deben desviarnos de la religión sino estimularnos a ella. Si miramos al Señor en todos nuestros problemas, Él nos sostendrá. —El Señor es justo. Todo lo que tenemos es por Su dádiva; nosotros lo perdimos por el pecado y no debiéramos quejarnos si Él nos quita una parte" (Matthew Henry).