Una visión bíblica sobre el cambio socialMuestra

Ofreciéndonos nosotros mismos

En el pasaje de hoy (Marcos 6: 35-36), la posición en la que encontramos a los discípulos es muy similar a la que muchos de nosotros nos enfrentamos en nuestro caminar con Jesús el día de hoy.

Agotados por las exigencias de seguir a Jesús y servir a los demás, los discípulos querían un descanso. Y luego, su breve receso se ve interrumpido por la reunión de una gran multitud que, sin duda, tenía muchas demandas.

Mientras la tarde caía, los discípulos están alarmados de que la multitud no muestre signos de retirarse, aunque el lugar esté desolado y no haya comida. Su impulso es pedirle a Jesús que los envíe de vuelta a sus casas, ya que no habría más por hacer.

A menudo queremos hacer lo mismo con aquellos cuyas necesidades están más allá de nuestras capacidades. Nuestra tendencia es enfocarnos en los problemas en lugar de las posibilidades. Igual que los discípulos, tendemos a llevar el problema a Jesús para que lo solucione, en lugar de preguntarle cómo podríamos trabajar juntos. Muchas de nuestras oraciones son como la solicitud de los discípulos: Jesús, por favor ¡quita esta responsabilidad de nuestras manos!

Reflexiona:

Sin la fidelidad de Dios, batallaríamos diariamente para obtener nuestro sustento, sin esperanza de que las cosas mejoren. Pero la Palabra de Dios ha sido plantada en los corazones de aquellos que creen, y nos ha dado el deseo de trabajar juntos para ver Su poder transformador.

Los discípulos ciertamente tenían recursos limitados, pero Jesús los multiplicó para alimentar a una gran multitud. ¿Qué recursos tienes, que Dios pueda multiplicar y usar para la bendición de tu comunidad? Estos pueden no ser necesariamente recursos materiales; tambien pueden ser tus habilidades o tu tiempo.