QUIÉNES SOMOS: Incluidos en una nueva familia

La breve carta de Pablo a Filemón está saturada con lenguaje altamente relacional. Cada persona que él menciona está descrita por una frase que refleja la cercanía de su relación con ellos.

• Timoteo: nuestro hermano.
• Filemón: amado, colaborador nuestro.
• Apia: nuestra hermana.
• Onésimo: mi hijo, de quien me convertí en su padre, amado hermano.
• Epafras: mi compañero de Prisiones.
• Marcos, Aristaco, Demas y Lucas: mis colaboradores.

Esto es porque Pablo entendió que la muerte y resurrección de Jesús hizo más que reconciliarlo con Dios: también lo reconcilió con otros — especialmente otros seguidores de Jesús. Él creía que aquellos que habían puesto su fe en Jesús se convertían en su nueva familia, miembros de la misma casa (Efesios. 2:19. Gálatas 6:10).

Pablo no se inventó esta idea; sino que la obtuvo del mismo Jesús, quién reorientó el concepto de familia con sus discípulos cuando sugirió que familia biológica no era una unidad fundamental a la que uno pertenece. Cuando María y sus hermanos lo estaban buscando, Jesús sin duda sorprendió a todos cuando señaló a sus discípulos y dijo: “¡Aquí están mi madre y mis hermanos! Porque todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre" (Marcos 3:34-35).

En Filemón, Pablo usa lenguaje afectivo y familiar para referirse a otros creyentes, revelando su compromiso y conexión con ellos. Ellos son su nueva familia, como Jesús dijo.

Si te identificas como seguidor de Jesús, ¡has sido puesto en una familia nueva! ¿Esto te asusta? ¿Te anima? ¿Afecta tu vida de alguna forma práctica?