Introducción

Hay un acontecimiento bastante interesante en la vida de Moisés quien fue elegido por Dios para ser el libertador y líder del pueblo hebreo. Un día Dios lo llama para darle una tarea aún más grande que era la de enseñarle sus mandamientos pero primero Moisés debe pasar un tiempo con Dios. Todo esto ocurre en el monte Sinaí, fue un momento glorioso donde Dios se revela a Moisés para que conozca más a profundidad sus propósitos, no conocemos cuál fue la conversación a detalle pero sí podemos decir que Moisés era otro después de haber subido al monte.

La Biblia nos dice que su rostro RESPLANDECÍA después que habló con Dios. Pero este momento me hace pensar en la cara que tenemos cuando nos enamoramos de alguien y no podemos disimular que algo especial está en progreso. Quizá te dijo algo especial o te hizo una de esas miraditas y es como si tuviésemos brillantina en nuestro rostro, ¡resplandecemos!. Me gusta pensar que así necesitamos estar todo el tiempo en nuestro encuentro constante con Dios. A veces tomamos nuestra conversión y salvación solo como una mejora para nuestra vida porque estaba haciendo las cosas mal pero no le doy la profundidad que merece de entender nuestra condenación y el rescate que hemos recibido de esa muerte eterna. Te animo a descubrir, cómo podemos RESPLANDECER y brillar.