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3 DÍAS PARA QUE TU FE CREZCAMuestra

3 DÍAS PARA QUE TU FE CREZCA

DÍA 2 DE 3

Día 2

“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” Génesis 13:14-15

Lot escogió el huerto de Dios, Abraham al Dios del huerto.

El día anterior, vimos el primer punto acerca de la fe: que va conectada al “oído”. Sigamos adelante:

2.La fe va conectada a la vista.

El caso de Lot y Abraham nos revela dos formas de vivir la vida. Lot simboliza a todo aquel que vive enfocado en lo pasajero de este mundo, que se detiene a mirar mucho a lo terrenal y vive aferrado a ello, perdiendo de vista a Dios y sus propósitos.

El poder de tus pasos lo determina hacia donde miren tus ojos.

En Génesis 13, cuando Abraham y Lot se separan, aparentemente Lot quedó con la mejor parte de la tierra, pero su decisión no fue sabia y terminó viviendo en Sodoma y Gomorra, que como bien sabemos fueron destruidas por Dios a causa del pecado.

Por su misericordia, Dios lo sacó junto con sus hijas de allí, lo perdió todo materialmente hablando, hasta su esposa que también fue presa del materialismo, eso la condujo a la desobediencia y a experimentar un castigo de parte de Dios.

Por su parte, Abraham, llamado el padre de la fe, después de separarse de Lot, recibe visión de parte de Dios: le insta a alzar la vista y ver todo lo que le tenía preparado.

“... Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.”

Y todo lo que Dios le prometió se lo cumplió. El profeta Isaías lo resume de la siguiente manera:

”Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.” Isaías 51:2.

La fe elimina la palabra “imposible” y la sustituye por la palabra “milagro”

También lo vemos con Pedro, que lo vivió de una manera real, una escena que nos enseña que al depositar la fe en Jesús y fijar la mirada solo en Él todo es posible:

”Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!” S. Mateo 14:29-30

¡Qué momento más estelar!

La fe es la única capaz de cruzar abismos que la razón no puede sondear, lo que estaba haciendo Pedro era una cosa loca a la lógica humana, al igual que Jesús, estaba desafiando las leyes de la física.

Es la fe el canal divino que nos mantiene con los ojos puestos en Él.

Pero, al “ver” el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzó a hundirse, el panorama cambia. Bastó con quitar los ojos del autor y consumador de la fe, para que emociones y tormentas interiores lo invadieran, justo cuando iba llegando a tomarse de la mano de Jesús. Nos puede suceder igual: estamos a punto de alcanzar las respuestas, lograr lo prometido y de repente se interpone la duda, nos hace descender y retardar el proceso.

La inestabilidad en la fe no nos permitirá alcanzar nada de lo prometido. La fe salva, la duda y el miedo ahogan, sustraen fuerza, entusiasmo y confianza, nos alejan del propósito divino.

¿Dónde tienes puesta tu mirada hoy? Tienes dos opciones: en “el fuerte viento”, que simboliza obstáculos, circunstancias desfavorables, enfermedades incurables, escasez permanente, lo difícil de la situación actual…o en Jesús, que está en la barca, desde donde tiene todo bajo control, y en vez dejarte ahogar, te tomará fuerte de la mano y milagrosamente te salvará de lo que sea.

Recuerda:

La fe ve soluciones y respuestas que no están a la vista. La fe ve lo invisible, cree lo imposible y mueve lo inconmovible.

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