ESPERANZA ACTIVAMuestra

Seguramente estás aquí leyendo el segundo día y no has respondido las preguntas del primero. Si es así, te animo a qué vayas, las respondas y luego sigas con este día.

INMÓVIL

Después de todos los exámenes, chequeos y valoraciones, el médico me explicó mi intervención quirúrgica. No quiero extenderme mucho y creo poder resumirlo así: "Quitaremos un tendón de tu antebrazo derecho, haremos un injerto (esperamos que pegue) y fijaremos tu articulación con un alambre que retiraremos dos meses después.

No importa si entendiste en que consistía la operación, lo que quiero que veas es que al salir del quirófano iba a salir con un alambre que me impediría el movimiento de mi hombro por lo menos por un par de meses, ahí estaba inmóvil y no era algo que quería.

¿Te has sentido así? Quizás has podido experimentar la parálisis en tu liderazgo, como hombre, mujer, joven o en cualquier otra área. Así que quiero hablarte a ti, porque justo así me sentía en ese momento.

Al salir del quirófano, entre la molestia y el efecto de la anestesia vinieron algunos pensamientos y sensaciones que quise guardar y le pedí a mi mamá que me grabara para convertirla en contenido y aquí estamos (cuando se me pasó el efecto de la anestesia di gracias a Dios que la grabamos porque no me recordaba mucho de ese momento). Y esa misma noche soñé con la palabra esperanza pero con las "E" al revés. Esa palabra me llevó a los Evangelios y cuando leí Marcos me encontré con la historia de un hombre con la mano paralizada.

Ese hombre era yo, ahí estaba buscando que Jesús hablara y obrara en mi vida, al leer ese pasaje pude conectarme con un Jesús que quería usar mi situación y quería hablarme para darme esperanza. Justo en ese instante Jesús me estaba diciendo: "Tranquilo, que tengo el poder de restablecer los movimientos de tu antebrazo y hombro", y pude descansar en Él. Me estaba llamando a confiar y yo estaba dispuesto a hacerlo, no fue fácil porque tuve que pasar por molestias, dolores, cuatro meses de terapias. Pero hoy te puedo decir, Él cumplió, hoy día he recuperado mi movilidad, aún me falta recuperar la musculatura pero Jesús está conmigo.

Pero, ¿qué tal si dejamos mi historia a un lado y nos enfocamos en ti? Seguro estás anhelando que Jesús se manifieste así en tu vida y también restablezca un área paralizada en tu vida. Seguro mientras leías o escuchabas estas líneas estabas diciendo "obra así en mí". Y te entiendo, porque yo en algún momento pedí lo mismo cuando leí este pasaje que relata Marcos. Lo que me queda claro es que Jesús obró en la vida de ese hombre sin importar lo que los fariseos pudieran decir, obró en mi vida y estoy seguro que está dispuesto a obrar en la tuya.

Quiero hacerlo práctico, por eso te dejaré estas preguntas:

- ¿En qué áreas sientes parálisis?

- ¿Qué quieres ver en esa área, en tu vida?

- ¿Cuál es la parte de Jesús y cuál es la tuya?

Estoy seguro que tu vida se está llenando de una esperanza que lleva a la acción, nos vemos para más en la próxima parte.