LIBERTAD de la pornografía para hombresMuestra
Libertad al rendir cuentas
Puedes decir que has hecho todo esto y que aún así estás fallando. Muchos con los cuales conversamos que dicen esto tienen una cosa que les hace falta en sus esfuerzos. Lo están intentando hacer solos.
Cuando la pornografía está en control, vivimos en cadenas. Esclavos de nuestros deseos y nuestros propios secretos. Y lo último que queremos hacer es decirle a otros sobre nuestro pecado. Si crees que puedes hacer esto solo, entonces probablemente te estás engañando a ti mismo y no estás hablando en serio de querer cambiar.
La Biblia nos dice que así como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo. La idea es que la fuerza está en los números. El concepto de "Ningún hombre queda atrás" ha existido desde los primeros días de la batalla militar. Es sobre proteger y honrar la fraternidad. Necesitamos rodearnos de hermanos en Cristo que se mantengan con nosotros en la batalla y nos afilen.
Busca un amigo de confianza que no esté luchando contra la pornografía. Acepta tu lucha y busca su ánimo y su rendición de cuentas. Ser responsable ante alguien significa que le estamos dando permiso de hacer las preguntas difíciles y llamarnos a cuentas por nuestras palabras, nuestras acciones, y nuestras decisiones. Nosotros les damos el acceso para preguntar sobre nuestros motivos y retar nuestras acciones. Con la rendición de cuentas viene la fortaleza y el apoyo. De ser necesario, también agrega tecnología de rendición de cuentas que pueda bloquear la pornografía en nuestro teléfono y computadora.
Padre, por favor muéstrame alguien que se preocupe lo suficiente por mí para hacerme responsable. Provéeme una fraternidad de apoyo que se mantenga conmigo en esta batalla. Permíteme rendirles cuentas a ellos y ser vulnerable para que ellos me puedan fortalecer. Amén.
Acerca de este Plan
La pornografía es un campo de batalla de muchas casualidades, incluyendo vidas y relaciones rotas. Nos desconecta de nuestra realidad y afecta negativamente nuestras expectativas acerca del amor y del sexo. Provoca cambios en nuestro cuerpo que se vuelven adictivos y dañinos. Puede conducir a otro pecado y, lo más grave, nos aleja del amor de Dios. Dios quiere ayudar a liberarte del patrón de la lujuria, la culpa y las promesas incumplidas.
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