[Confiesa el Nombre] El nombre de JesúsMuestra

Poder y autoridad

En el nombre de Jesús encontramos poder. Es en Él y en Su nombre que encontramos nuestra autoridad.

Hace algunos años, durante un servicio de la iglesia, hubo gritos de liberación. Me llevaron a una chica que estaba tirada en el suelo. Estaba manifestando un demonio. Me agaché y la llamé por su nombre. Se lanzó hacia adelante y la cosa dentro de ella, como atándola, gritó: «Ella es mía». Yo declaré: «No. Ella no es tuya, en el nombre de Jesús». Cosas espeluznantes, ¿no? Pero en realidad, el perfecto amor echa fuera el temor (1 Juan 4:18). Esa chica necesitaba conocer el amor de Jesús; lo declaramos sobre ella. Hay momentos en que debes hablar el nombre de Jesús en una situación para traer liberación y sanidad. En Su nombre se hacen señales y prodigios (Hechos 4:30).

¿Alguna vez has cuestionado la capacidad de Dios para sanar? Tal vez creciste en una tradición que dice que Dios ya no hace esas cosas. Pídele al Señor que quite las escamas de tus ojos. Lee Santiago 5, Joel 2 y todo el libro de Hechos. Es en el nombre de Jesús que encontramos la sanidad. ¿Significa esto que Él siempre nos sana? No, no es así. Dios no es una máquina expendedora donde hacemos un pedido y exigimos que se nos dé lo que queremos. ¿Eso lo hace menos Dios, menos poderoso, menos justo, menos capaz de sanar? No, Él siempre es bueno. En Jesús, y en Su nombre, encontramos todo lo que necesitamos para la vida natural y para la vida espiritual.

Un amigo nos contó, a mi esposa Kelly y a mí, una anécdota sobre cuando tuvo un accidente automovilístico. Sintió que Dios acababa de detener el tiempo para él; estaba mirando a su alrededor y todo estaba parado. Fue entonces cuando se encontró con nuestro sobrenatural y sorprendente Dios. Fue entonces cuando se convirtió en cristiano. Dios usó la historia de nuestro amigo para hacer girar la ignición y empujar el pedal del acelerador en nuestra vida, para decirnos a mi esposa y a mí: «No han sido llamados a la comodidad; han sido llamados a la crucifixión. No han sido llamados a lo natural; han sido llamados a lo sobrenatural».

El Espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos, que ha sido depositado en ti y en mí en el momento en que nos sometimos y nos entregamos a Jesús, es para mucho más que la mera existencia. Yo no quiero existir solamente; quiero una vida real y abundante.

Señor Jesús, ayúdame a vivir como tú me has llamado a vivir, con poder, autoridad, devoción y amor.

Para obtener más información sobre este devocional, sigue este vínculo: https://declarationchurch.churchcenter.com/episodes/146558