[Descubre los tesoros del Salmo 23] Sendas de justiciaMuestra

Sendas de justicia por amor de su nombre

Después de: «Confortará mi alma», David añade que el gran Pastor nos guiará «por sendas de justicia». Él cuida de nosotros extensamente. Dios hace que la situación sea tal que podamos descansar. Si descanso y me recuesto, Él me guía a pastos verdes. Si participo de ellos, me lleva a donde hay agua. Si la bebo, Él me restaura. Si le permito que me restaure, me guiará por sendas de justicia si lo sigo. Dios nos guía solo si estamos dispuestos a seguirlo.

¿Qué son las sendas de justicia? Los términos hebreos significan ‘la senda correcta’ o ‘sendas rectas’, lo cual se refiere a un ‘sendero claramente marcado o bien definido’, uno que el Pastor conoce bien. Solo Él sabe cuál es la senda correcta. Las ovejas, como todo el mundo sabe, son criaturas testarudas y obstinadas. Si se les deja solas, casi invariablemente deambularán en la dirección de su propia elección. Un pastor experimentado trata de compensar esto adelantándose a sus ovejas y haciéndose lo más visible posible.

El profeta Isaías dice que somos como ovejas. Cada cual nos descarriamos por nuestro propio camino. Romanos dice que no seguimos a Dios. Al final de Jueces 21:25, dice: «Cada uno hacía lo que bien le parecía». Las ovejas pueden rodar cuesta abajo a su muerte. Es mejor que las ovejas no se desvíen del camino, y, sin embargo, las ovejas lo harán si no son guiadas. Hacemos lo que queremos todo el tiempo. Pecamos a menudo.

Sin embargo, Isaías también dice que el Siervo sufriente, nuestro Pastor, llevó nuestro pecado. No somos justos, pero el Señor nos imputa su justicia. Con su muerte, Jesús nos ha restaurado a una relación correcta con Dios. Debemos seguirlo y escucharlo para estar en la senda de la justicia.

David completa el enunciado con: «Por amor de su nombre». El Pastor actúa de esta manera por el bien de su reputación. En los campos ovejeros, el pastor es conocido por lo bien que cuida a las ovejas. Si están bien alimentadas, bien cuidadas, reflejan su cuidado. ¿Reflejamos el cuidado de nuestro Pastor? Parece que hemos sido descuidados, desatendidos, mal alimentados. Con Él no me falta nada. En el gran Pastor estoy en paz. En Cristo no nos falta nada. Somos restaurados. Somos hechos justos. Tenemos el privilegio de reflejar al mundo lo bien cuidados que somos por nuestro Pastor.

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