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¿Fuera del fuego o hacia el fuego?: La fe en medio de las llamas

La historia de Daniel 3 en la Biblia es una de las más llamativas a la hora de analizarlo, ya que demuestra que siempre que pongamos nuestra confianza en Dios, nada ni nadie va a poder contra nosotros. La respuesta de Sadrac, Mesac y Abed Nego es tan sorprendente como su milagrosa liberación del fuego. Nabucodonosor, el rey de Babilonia y uno de los hombres más poderosos del planeta, había conquistado a todos sus rivales, incluso la pequeña provincia de Judá. Simplemente tenía el mundo entero al alcance de sus manos. Al menos eso creía, hasta que estos tres jóvenes se negaron a arrodillarse ante una estatua, y por consecuencia de ello, fueron llevados al horno de fuego.

Incluso estando dentro con el calor de las llamas secándoles los ojos, rechazaron al rey. Sus respuestas dejan mucho que aprender y tomar de ejemplo, porque primero confiaron en un Dios bueno que los podía liberar y segundo; se determinaron en adorarle aun si no los libraba. Por eso este versículo en Isaías 43:2 nos recuerda una y otra vez que Dios está con nosotros aun cuando pasemos por el fuego. No nos quemaremos siempre y cuando tomemos la decisión de confiar en Él y dejar que sea el mismo Dios quien nos guíe por el camino correcto.

Oración

Jesús: He comprendido que debo determinarme a seguirte aun en medio del fuego, porque tú estarás conmigo. Por eso quiero darte mi mejor adoración todos los días, al único Dios verdadero que me ha librado del mal. ¡Amén!