¡Dejar Ir!Muestra

¡Fracaso, dejar ir!

Dejar ir no siempre significa fracaso, puede ser el comienzo de un nuevo viaje para tener éxito y llegar a un destino que nunca pensaste que fuera posible. Así que respira hondo, da un paso atrás y confía en que estás exactamente donde necesitas estar en este momento.

“Os dejo con un regalo: paz mental y de corazón. Y la paz que doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se preocupado ni teman” (Juan 14:27 NLT).

En última instancia, dejar ir no se trata de fallar, puede ser una oportunidad para comenzar de nuevo y acceder a algo aún mayor. Fracaso es una palabra tan grande cargada que puede amenazar nuestros logros.

El cambio es inevitable, por lo que cada transición y ajuste no tiene que verse o juzgarse como un fracaso. La inevitabilidad del cambio te hace recordar que eres fuerte, eres capaz y tienes el coraje de enfrentar lo que se te presente.

“(3) porque ustedes saben que cuando que se pone a prueba la fe, la resistencia tiene la oportunidad de desarrollarse. (4) Así que dejen que crezca, pues una vez sue su resistencia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y sin necesitar nada” (Santiago 1:3-4).

Puedes desinflar y reutilizar lo que podría parecer un contratiempo, pero en realidad te está equipando para una mayor capacidad. Puede ser una bendición disfrazada y puede llevarte a la mejor versión de ti mismo. ¡Estás creciendo!

Así que recuerda ser valiente y creer en ti mismo. Tienes permiso para empezar una y otra vez. Dejar ir es difícil, pero a veces es la bendición más grande que podemos recibir.

“Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones por el mañana, ni siquiera los poderes del infierno podrán separarnos del amor de Dios” (Romanos 8:38).

Con la edad viene la perspectiva, y llegamos a comprender que la mejor parte del envejecimiento es que el tiempo nos ha enseñado valor y equidad. A pesar de lo difícil que puede ser la vida a veces, consuélate sabiendo que la edad nos ha ilustrado sobre la importancia de apreciar nuestros días.

Dejar ir es crecimiento, así que no seas tímido de ello, acéptelo y experimente cómo Dios hará que funcione para Su bien.

“Venid, adoremos e inclinémonos. Arrodillémonos ante el Señor nuestro hacedor, porque él es nuestro Dios. Somos las personas que él cuida, el rebaño bajo su cuidado. ¡Si tan solo escucharas su voz hoy!” (Salmos 95:6-7 NLT).

Rezar:

Padre Celestial me apoyo en tu gran amor y cuidado sobre mi vida. Te honro al entregar mis esperanzas y sueños en tus manos. Gracias por el permiso y la fe para dejar ir y experimentar cosas nuevas y únicas a medida que avanzo. Amén.

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