No Has Sido Creada Para Estar SolaMuestra

Permanece en él

Lee: Juan 15:1–5

EOAO: Juan 15:5

Yo soy la vid; vosotros, los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

En el Texto

La comunidad no es unilateral. Cuando permanecemos en Dios-estando cerca de Él, confiando en Él, aprendiendo más acerca de Él, y viviendo de manera que reflejemos Su imagen al mundo que nos rodea- Él permanece en nosotras. Dios está con nosotras, no porque esté obligado a hacerlo como nuestro Creador, sino porque nos ama.

Estar en comunión con Dios nos trae increíbles bendiciones. De hecho, no podríamos dar frutos sin estar unidas a la vid, que es Jesús. Cuando permanecemos en Él, las buenas cosas crecen, como el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la gentileza, y el dominio propio. (Lee Gálatas 5:22-23).

Pero las ramas que son cortadas o arrancadas de las vides o de los árboles no son útiles mas que para leña. Del mismo modo son nuestros esfuerzos sin Jesús, son inútiles. Nuestros frutos son resultados directos de la conexión con Jesús, no de lo que podamos hacer. El amor que le mostremos a los demás, el gozo que experimentemos, la paz en nuestros corazones, y la bondad que compartimos, es todo producto de lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, y Él se merece todo el crédito. Cuando vivimos en comunión con Dios, somos transformadas de adentro hacia afuera.

Existe el libre albedrío, y a su vez la permanencia en nuestra relación con Cristo en este ejemplo. Conforme permanezcamos en Cristo, produciremos mucho fruto. Debemos elegir cada día permanecer en Él y depender de Él. Y cuando lo hacemos, él está ahí para nosotras. Elegimos, a través de la obediencia y el amor, ser cercanas a Él, y de esa relación es de donde mana la vida. Estar en comunión con Dios nos ayuda a confiar menos en nosotras mismas y más en Él.