Conectándose Con El Espíritu SantoMuestra
La llave del cielo es la oración
Sí, a veces, nuestras oraciones no parecen tener efecto inmediatamente, ¡otras veces parecen abrir las compuertas del cielo inmediatamente!
“De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (Hechos 2:2-4).
Varias veces he experimentado momentos en los que los cielos se abrieron. La primera vez que recuerdo, sucedió en un campamento juvenil. Ahí, el pastor Christian Lévy (mi primer pastor), nos guió en un tiempo de oración para buscar al Espíritu Santo. Yo deseaba intensamente ser lleno del Espíritu Santo y, por qué no, hablar en lenguas como en el libro de Hechos.
Yo sabía que, en el aposento alto, los discípulos habían sido llenos del Espíritu, y yo deseaba experimentar lo mismo, de modo que yo, también, pudiera ser testigo: “Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos, hablando a la gente acerca de mí hasta los confines de la tierra…” (Hechos 1:8). Yo deseaba ser un testigo. Después de un tiempo de oración, alabanza y adoración, el Espíritu Santo comenzó a “soplar” sobre nosotros.
Varios temblaban y hablaban en otras lenguas. Algunos se reían y otros lloraban. Yo recuerdo ver a Laurent, quien naturalmente era algo retraído, reírse a carcajadas, lo cual no era realmente su temperamento. Recuerdo ver a Sara, quien por naturaleza era alegre, llorar desconsoladamente. Cuando el Espíritu nos visita, todo nuestro ser reacciona. En lo que a mí respecta, yo no estaba recibiendo… "¿Qué está pasando, Señor?”, pregunté. “¿Qué hay de mí? ¡Yo también quiero esto! ¡Tengo sed de ti!”.
Luego, finalmente, el Espíritu Santo cayó, literalmente, sobre mí. Sentí como unas ondas eléctricas de amor que se posaban sobre mí cada vez con mayor intensidad; y luego, de repente, mi boca se abrió. Fui lleno del Espíritu Santo, y comencé a hablar en lenguas celestiales, alabando al Señor en un nuevo lenguaje. Era el cielo en la tierra. Fui lleno de nueva energía y un nuevo fervor.
La llenura del Espíritu, que algunos llaman el bautismo del Espíritu Santo, es un don, una bendición, y no es, de ninguna manera, una certificación de santidad celestial. No hace a nadie superior y no debería jamás llevar a la arrogancia espiritual.
Esto es algo que te invito a experimentar, si así lo deseas. Creo que cada hijo de Dios ha recibido el Espíritu Santo. El Espíritu Santo ya ha estado viviendo en ti desde que Cristo es tu Salvador. Eres es el templo del Espíritu Santo (ve, en la Biblia, 1 Corintios 6:19). Yo creo que es el Espíritu de Dios quien nos guía al arrepentimiento, ¡pero Él desea actuar aun más en nuestras vidas y llenarnos con su presencia hasta que rebosemos! Así podremos ser testigos de las Buenas Nuevas, ¡hasta los confines de la tierra!
Te dejo estas palabras de Juan 20:22: “Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo»”.
Acerca de este Plan
Me encanta la fiesta de Pentecostés. En ese día, sucedieron varios milagros, ¡milagros que Dios desea hacer en tu vida también! ¿Sabías que no tienes que esperar a Pentecostés para que esto ocurra en tu vida?
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Nos gustaría agradecer a es.jesus.net por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es.jesus.net/