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Aceptemos

¿Cómo podemos mantenernos firmes en nuestra identidad como hijos e hijas de Dios?
Estamos en un mundo que cada día cambia y ofrece nuevas identidades como si se tratase de un producto, como que si nosotros fuésemos niños a los cuales se nos quiere vender un nuevo juguete. Los niños no siempre saben lo que quieren y quieren todo lo que ven; sin embargo, el adulto tiene la capacidad de razonar más y ser más selectivo, pues se supone que sabe lo que necesita.

¿Qué nos hace tambalear y caer en falsas identidades?
Muchas veces se debe a que padecemos carencias emocionales no rendidas totalmente a Dios y Su Palabra. Se debe a que nuestro corazón no se está saciando en el Agua Viva, por eso tenemos sed de “algo” más y por eso no hemos llegado a la madurez espiritual necesaria para resistir las tentaciones emocionales y mentales que están a la orden del día.

Esto nos lleva a meditar en que necesitamos recordar el amor que Jesús nos demostró en la cruz y la libertad que nos dio al resucitar. Tenemos la necesidad de otras identidades porque no nos hemos convencido de la Verdad de que Jesús es quien dice quiénes somos. Jesús más que nadie estaba consciente de lo agresivo que es el mundo y que uno de los objetivos de Satanás es destruir la identidad que Jesús ha colocado en nosotros, porque de esta manera no podremos cumplir con Su voluntad, no con falsas identidades.

Entonces, ACEPTEMOS que solo Jesús puede saciarnos de cualquier necesidad emocional y espiritual. Aceptemos que lo necesitamos y que únicamente en Él podremos ser sanados y librados de falsas identidades.