Campeones InfantilesMuestra

El Pequeño Samuel

Una mujer llamada Ana, que vivía en el territorio tribal de Efraín en el siglo XI a.C., tuvo una vida difícil. No sólo no podía tener un hijo; ella era parte de un matrimonio polígamo, y su esposa rival tenía muchos hijos e hijas y se burlaba cruelmente de la pobre Ana por eso. Ana oró repetidamente por un niño y no pasó nada.

Pero entonces, su milagro. Ella dio a luz un hijo, un regalo de Dios, y lo llamó "Sh'mu-El", Samuel, que significa "Dios ha oído". Con lo cual decidió hacer lo más asombroso, tan grande fue su abrumadora gratitud a Dios: "Al año siguiente, Elcana fue con toda su familia a ofrecer su sacrificio al Señor y cumplir con su voto. Pero Ana le dijo a su marido: «Yo no iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré y lo presentaré al Señor, para que se quede allá para siempre»" (1 Samuel 1:21,22).

¡Asombroso! Ella llevó a su pequeño niño milagroso a la ciudad de Silo, ubicación actual del arca del pacto y el altar del sacrificio al Señor, y lo puso al cuidado de Elí, el sumo sacerdote. ¡Qué sacrificio! Aún más sorprendente es el campeón infantil que hizo lo mejor de su nuevo hogar. ¡Qué hombrecito tan valiente! ¿Crees que alguna vez lloró: "¡Quiero a mi mamá!"?

Samuel creció para ser uno de los más grandes profetas en la historia de Israel.