Eres amado

En el mundo en que vivimos, es fácil caer en la trampa de pensar que nadie nos ama, realmente. Podemos llegar a sentirnos solos, incomprendidos, y, a veces, incluso desesperados. Pero hay una verdad fundamental que debemos conocer, aceptar y recordar: Dios nos ama incondicionalmente.

La Biblia nos dice en Juan 3:16 que "Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna". Esta es una verdad poderosa e inobjetable. Dios nos ama tanto que dio a Su hijo para salvarnos. Es un amor tan profundo y tan grande que es difícil de comprender.

Debemos tomar en cuenta, no obstante, que el pecado nos aleja de Dios. Como leemos en Isaías 59:2, nuestras iniquidades son las que nos alejan de Dios y aquí es donde el amor de Dios se hace manifiesto. El amor de Dios no termina ahí. 1 Juan 4:7-10 nos recuerda que "Dios es amor" y que "Él nos amó y envió a Su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados". Esto significa que Dios no solo nos ama, sino que también está dispuesto a perdonarnos y a ayudarnos a superar nuestras limitaciones. Su amor nos prepara para conducirnos en esta vida fieles a Su inmenso amor y nos recompensa a pasar la eternidad en Su compañía. Ahí es donde cobra sentido el término que usamos para Jesucristo de Salvador, ya que se sacrificó por nosotros. Dios quiere que pases la eternidad con Él.

Es importante recordar que el amor de Dios es incondicional, es decir, no depende de nuestras acciones; la salvación no es por obras, no importa cuán buenos o malos seamos, no existe la balanza de Dios que pesa nuestras acciones. Tampoco se hereda, Dios nos ama incondicionalmente y siempre lo hará, solo debes decidir recibirlo.

En resumen, debemos recordar que Dios nos ama incondicionalmente, y que Su amor es tan grande que dio a Su hijo para salvarnos. También debemos recordar que Dios está dispuesto a perdonarnos y a ayudarnos a superar nuestros pecados.

Preguntas para reflexionar:

¿A quién amas más en este momento?

¿Estarías dispuesto a donar uno de tus órganos para que esa persona pueda vivir?