Pulverizando los miedosMuestra
Convierte tu debilidad en fortaleza.
Mentiría si dijera que no le tengo miedo a nada, así que tengo que ser sincero: a veces viene a mi mente el miedo a que les pase algo a mis hijos, tal vez esto es un terreno común de todos los padres, pero bueno, para esto está lo escrito en el día 5… me es necesario recordarlo constantemente.
Otro de mis miedos, es no llegar a ser un buen padre, es algo que sí me aterra. El hecho de pensar que no pueda ganarme el corazón de mis hijos, que no pueda llegar a generar confianza y ganar influencia sobre ellos, y que solo me obedezcan por autoridad y no por amor, son cosas a las que les tengo miedo. Sin embargo, aun y cuando ese miedo toque a la puerta, sé que necesito el valor para hacerme cargo (obviamente, junto con mi amada esposa) de esta tarea de ser padre, la cual de acuerdo a los expertos, es la más difícil, pero a la vez la más gratificante. Lo confirmo.
No sé cual pueda ser tu debilidad, pero muy probablemente existe algo que te da miedo en forma recurrente, lo cual puede ser normal, pero sin duda lo que no es normal es que vivamos dominados por el temor. Esa no es la clase de vida que Jesús ha pensado para nosotros, sino que Él vino a la tierra y fue a la cruz para darnos una vida plena y en abundancia. Entonces, ¿cuál es el antídoto para el miedo que no asalta en algún momento dado? La respuesta otra vez la encuentro en un principio extraído de la vida del rey David, un experto en pasar situaciones de alto riesgo. En el Salmo 56:3 escribió: Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza (NTV).
O sea, David no era un hombre inmune al miedo, ni “curado de espanto”, como decimos en México. Para nada, era alguien normal. Ciertamente, muy valiente, pero esa valentía la sacaba de su dependencia y confianza en Dios. Se dice que ese Salmo lo compuso en ocasión que el ejército de los filisteos (una nación enemiga a muerte) lo atrapó. Imagina la tensión y lo que pudo haber sentido David en ese momento, ya que Él había matado a Goliat, el héroe nacional de los filisteos, y ahora estaba en manos de ellos, me imaginó que sintió que se le venía la noche, que era el fin, que hasta ahí había llegado. Es lógico suponer que tuvo miedo en ese momento, pero ahí fue cuando puso su confianza en Dios para poder seguir adelante.
Así que, cuando viene a mi mente el miedo a no ser un buen padre, pongo mi confianza en Dios y le pido que me dé gracia y sabiduría para poder ser el padre que Él espera que sea. Desde luego, a uno le corresponde hacer su parte, por ello trato de ser intencional en estar presente y cercano a mis hijos, priorizar el tiempo con ellos, leer libros sobre el tema, analizar experiencias de otras personas, y sobre todo guiarme por los principios que Dios ha dado en Su Palabra.
Entonces, el antídoto para el temor, que es la confianza en Dios, se hace real en nuestras vidas. Y es ahí que nuestra debilidad, se puede convertir en fortaleza, porque al aplicar esa parte de la Palabra de Dios en nuestra vida, crecerá la confianza. Así que a medida que uno tenga miedo en el día a día, podemos incrementar nuestra fe cuando confiamos en Dios. Por lo tanto, si tienes muchos miedos o un gran miedo a algo, qué bueno, puedes tener una gran confianza, y de esa manera convertir tu debilidad en fortaleza, no por autoayuda o por simple “fe en la fe”, sino por depender de Aquel de quien viene nuestra ayuda. Esto me lleva a recordar lo que escribió el Apóstol Pablo: “Es por esto que me deleito en mis debilidades […] Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª Corintios 12:10). Pablo escribió eso porque sabía que el poder de Dios actuaba mejor en su debilidad, tal como dice en un versículo previo de esa misma carta a los Corintios, eso sigue siendo una realidad para nosotros. Y, por ello también es verdad que podemos usar el miedo como un catalizador para que nuestra fe explote al nivel que Dios quiere.
Dicho lo anterior, si tienes miedo, ya estás listo para convertir esa debilidad en la que puede ser tu mayor fortaleza de aquí en adelante, al poner total y plenamente tu confianza en Dios y caminar en una relación con Él cada día.
¡Gracias benditos miedos! Ya que su “poder" ha sido destruido por Aquel que realmente puede pulverizar los miedos y transformarlos en un combustible para nuestra fe: Jesús, a quien sea todo el honor y el reconocimiento por siempre.
Gracias a ti por leer este plan y compartir conmigo esta jornada… ¡Hasta la próxima!
¡Dios te bendiga!
Escrituras
Acerca de este Plan
Todos hemos tenido miedo alguna vez. Esto puede ser normal, pero lo que no debemos aceptar como normal es que el miedo nos domine, nos detenga, o nos impida alcanzar los planes que Dios tiene para nosotros. En este plan de 7 días escribí sobre algunos miedos en particular y cómo poder vencerlos, con la ayuda de Dios, aplicando Sus principios y apropiándonos de promesas que Él ha dado.
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Nos gustaría agradecer a Adan Medellin por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.twitter.com/adan_633