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Ejercita Tu Vida Espiritual

DÍA 2 DE 5

¿CÓMO PODEMOS DEMOSTRAR QUE AMAMOS A DIOS? OBEDECIENDO SUS MANDAMIENTOS.

¿Qué nos impide caminar en obediencia al Señor como fruto de nuestra relación con Él en la meditación de la Palabra? El pecado. El salmista lo dice así: “Con todo mi corazón te he buscado, no dejes que me desvíe de tus mandamientos” (Sal 119:10).

Jesús nos provee este mandamiento porque Él estaba a punto de cumplir toda la ley en su muerte. Puesto que su muerte nos justificó, es decir, su justicia perfecta nos hace justas, y nos santificó, es decir, nos apartó eternamente para Él y nos está transformando día a día a su imagen y semejanza.

Una cosa es necesaria mientras comprendemos la importancia y el concepto de las disciplinas espirituales: obedecer la Palabra por amor al dador de la Palabra. Solo así podemos exclamar con el salmista: “¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación” (Sal 119:97).

Las disciplinas espirituales tienen un carácter práctico, son el resultado de nuestra relación con Dios, de nuestra constante búsqueda de Él, que tiene fruto visible en nuestras relaciones, en cómo resolvemos las situaciones difíciles y complejas que Dios coloca en nuestras vidas para nuestra madurez espiritual.

Estos medios de gracia son precisamente eso, medios para mostrar sus dádivas acordes a la meditación de la Palabra, de sus preceptos o mandamientos, de sus promesas por la fe en Cristo. De hecho, es la manera en la que expresamos a nuestra alma que se asombra por cualquier cosa creada, que amamos a Dios como el único y verdadero centro de nuestras vidas.

Hermana, medita hoy, ¿cuál es la evidencia de que amas a Dios? La Biblia es clara al respecto: si lo amas, lo obedeces; si lo obedeces, lo amas. La obediencia no es meramente un cumplimiento externo, es la evidencia de que eres salva y de que Cristo verdaderamente ha vivido una vida perfecta en tu lugar. La obediencia no nos salva, no debe ser una carga o una acusadora; si estás en Cristo, la obediencia a la Palabra es un deleite que procede de un corazón que atesora a Dios más que a su propia vida.


APRENDE, VIVE, LIDERA

  • Aprende: ¿Qué significa obedecer a Dios?
  • Vive: Lee Salmos 119:1-5. Subraya los imperativos y el fruto de cumplirlos (nota los verbos y la acción que le siguen). Luego, escribe el versículo 5 en tus palabras según lo que este pequeño estudio te enseñó. ¿Qué exclamarías como el versículo 5?
  • Lidera: Uno de los mandatos del Señor está en Mateo 28:19-20. Dios nos llama a ser discípulos de Cristo al enseñar las palabras de Jesús. ¿A quién le estás enseñando la Palabra por medio de tus propios hábitos en las disciplinas espirituales?


ORACIÓN

Señor, te damos gracias por tu amor y misericordia en salvarnos, en hacernos justas y santas para vivir libremente en obediencia a ti, por amor y gratitud a quien eres. Perdónanos por las veces que obedecemos a nuestro corazón antes que a tu Palabra, por invertir más mi tiempo en otras actividades que en la meditación de tu Palabra y oración. Ayúdame a perseverar en mostrar el fruto de ella al obedecerte por amor para que otros te glorifiquen. En Jesús, amén.

Escrituras

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