Dios obra con Sus métodos (3)

· ÉL HACE CUÁNDO ÉL QUIERE.

Juan 2: 2 al 8. NVI

Jesús cambia el agua en vino.

2 También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo: —Ya no tienen vino. 4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. 5 Su madre dijo a los sirvientes: —Hagan lo que él les ordene. 6 Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros. 7 Jesús dijo a los sirvientes: —Llenen de agua las tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde. 8 —Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.

Así lo hicieron.

Así como María le pidió a Jesús que hiciera algo, muchos le pedimos. Él lo hizo y muchas veces concede nuestras peticiones. Debemos entender que lo hace cuándo quiere. Por esa razón reconocemos Su soberanía.

Confiar plenamente en Dios, es entender que sabe en que tiempo me conviene obtener algo que pido. Nuestras peticiones son egoístas. Él tiene una visión más amplia y no se equivoca. Es fundamental reconocer que todo lo sabe, es un atributo de Su deidad.

Un día Juan sale apurado de su casa. Llegaba tarde al trabajo ya le habían llamado la atención por eso. Pasaba todos los semáforos en rojo. No lo podía permitir, en un mes había llegado tarde 10 veces. Cuando llega a una calle pequeña se detiene. No había semáforos, pero frena igual. Sentía que debía parar, como si alguien le hubiese corrido el pie. El auto se detiene con el motor encendido. Pasa corriendo una niña, nadie había visto de dónde salió. Se evitó una desgracia de una forma milagrosa. Juan hasta el día de hoy no sabe porque frenó. Solo supo que Dios puso Su mano para detenerlo. En el momento exacto y en el lugar específico.

Él lo hace cuando quiere, pero lo hace. Tanto las cosas queremos como las que no queremos. El tiempo justo para el milagro lo da el maestro. Por esa razón siempre que oramos debemos pedir Su guía. Pedir por Su perfecta voluntad. Muchos proyectos fracasan por no pedir bien.

Santiago 4:3 NVI

3 Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Nunca debemos perder la esperanza, el Señor todo puede hacer. Pero reconocer Sus tiempos nos hará sabios. No desesperar en nuestros pedidos. No empezar un proyecto, si no hay confirmación de DIOS.

El dolor es parte de la vida. Jesús, mientras estuvo en la tierra, hizo muchos milagros y muchos no. Le devolvió la vida a Lázaro, pero con los años murió, no vivió para siempre. Hoy es igual, muchos reciben milagros y muchos no. Mientras estemos en la tierra viviremos el sufrimiento y la mortalidad.

El secreto es vivir en el espíritu y sostenido por Su mano. Esperar y reconocer que Él hace cuando quiere, nos acerca mas a Su soberanía.

Este es un buen día para comenzar a reconocer que Sus tiempos son mejores que los nuestros.