Presión de GrupoMuestra

Si bien es cierto, es muy difícil dejar de hablarle a nuestros amigos y conocidos porque ellos no conocen a Jesús. Al contrario, son los que más apoyo necesitan, y nosotros que sí lo conocemos, podemos brindarles las respuestas que buscan o al menos indicarles hacia dónde encontrarlas. Sin embargo, la Palabra de Dios nos advierte que, si no nos cuidamos o no estamos firmes en Jesús, las conductas y forma de hablar podrían contagiarse y volvernos más como ellos, y no al revés.

¡En lugar de influenciar, te conviertes en influenciado! Es por esto que Pedro nos advierte en su carta que debemos cuidar de que no nos confundan, porque la Biblia es clara y no se acomoda a lo que queremos.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros amigos no cristianos entonces? Primero, debemos orar y buscar la guía de Dios en todo momento, porque será Él quien nos dará las herramientas y palabras indicadas. Segundo, debemos escuchar a las personas; no siempre las personas pedirán un consejo, a veces solo necesitan ser escuchadas y saber que hay alguien de confianza que les apoyará, más aún sabiendo que podemos orar por ellos. Tercero, si la situación lo requiere, podemos brindar un consejo amigable y compartir un mensaje de parte de Dios para ellos. Cuarto, debemos hacerles saber que agradecemos de todo corazón su confianza y que pueden contar con nuestro apoyo y oración cada vez que lo necesite.

No tiene que haber un muro de separación entre creyentes y no creyentes, salvos y no salvos. Jesús nos dejó la misión de esparcir Su Palabra por todo el mundo, y tenemos la capacidad de mostrar Su amor hacia los demás una persona a la vez.