Una fruta de temporadaMuestra

Bondad

Una búsqueda en Internet de "actos de bondad al azar" arrojó estos:

1. Cede tu asiento a una persona embarazada o anciana.
2. No interrumpas cuando alguien se está explicando.
3. Después de un picnic, tira tu propia basura y la de otra persona.
4. Vuelve a colocar tu carrito de compras en su lugar.

Suena como el ABC de la educación de una mamá en lugar de actuar como si hubiéramos nacido en un granero. ¿Cuándo se actualizó la cortesía común a actos de bondad? Tal vez sea solo una triste señal de cuán desconectada se ha vuelto nuestra sociedad. Necesitamos una lista que nos recuerde buscar y notar las necesidades de los demás.

Si realmente queremos entender este don del Fruto del Espíritu, necesitamos buscar parámetros en la bondad de Dios. En realidad, según San Pablo, necesitamos mirar a alguien nacido en un granero: "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia" (Tito 3:4,5).

Si la bondad de Dios hacia nosotros tuviera un nombre, sería Jesús. Su amabilidad no fue un acto al azar. Fue cuidadosamente planeado antes de que naciéramos, desde la creación del mundo. La bondad de Dios fue encarnada en Su Hijo, promulgada en la cruz, derramada sobre nosotros en el Bautismo. Nosotros, que somos expertos al azar en malicia, envidia y odio, estamos sin embargo envueltos en la bondad amorosa de Dios. . . y nos transforma.

Tú eres el objeto de la bondad de Dios. Compártelo.